CAPÍTULO 3. VÓMITOS

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Las semanas de vacaciones habían pasado y Sergio estaba decidido a darle fin a su carrera como piloto.

Eso y mandar a la mierda a Redbull.

— Pato, pórtate bien y deja que mamá hablé con esos pendejos — Susurró a su pequeño bulto, casi imperceptible, que se formaba en su vientre.

A decir verdad esas semanas se las había pasado algo mal. Las náuseas llegaron dos semanas después de su diagnóstico haciendo que casi cualquier cosa que entrara a su estómago saliera en poco tiempo debido al vómito.

Lo único que Pato le dejaba comer eran manzanas y duraznos. Internamente agradecía que fueran frutas normales y no algún platillo extraño típico de las mujeres embarazadas como atún con yogurt o tortas con mermelada.

Aunque a veces tenía antojos a mitad de la noche, lastimosamente tenía que aguantarlos hasta la mañana ya que no contaba con alguien que pudiera buscarlos para él.

Su renuncia estaba en su maleta, casi lista para ser entregada pero cada vez que estaba a punto de sacarla... algo ocurría.

Horner era llamado de emergencia para atender asuntos relacionados a los monoplazas, asuntos con la directiva, asuntos internos, etc.

Era como si el destino no quisiera que renunciara.

Sinceramente no quería hacerlo pero ahora había una pequeña cosita que podía salir lastimada en caso de que se estrellará con el muro o, en el peor de los casos, el auto sufriera un accidente catastrófico que le costará la vida o la de su bebé.

Los días pasaban y la presión en Sergio aumentaba.

En más de una ocasión quiso tirarle la renuncia en la cara a Horner y huir pero no podría hacerlo por qué:

1 . No había tenido tiempo suficiente para hablar con Horner

2 . Si huía lo encontrarían y lo meterían a la cárcel por incumplimiento de contrato.

3. Estaba más ocupado corriendo y escondiéndose de Max que buscando oportunidades para renunciar.

Max era otro gran problema. Ese infeliz muy probablemente quisiera tener sexo con él pero ni loco iba a dejar que su bebé sufriera algún daño solo porque el imbécil que donó el esperma quisiera volver a hacerlo.

— Puta madre... Pato, estamos a punto de iniciar la carrera, no me hagas esto — Susurró para si mismo cuando sintió las náuseas volver.

No le había gustado la bebida que su papá había ingerido antes de la carrera y estaba a nada de vomitar todo.

No iba a aguantar a este paso. Prácticamente corrió al baño más cercano para devolver todo lo ingerido.

— No mames Patricio Pérez, ya sé que cuando algo no te gusta me haces vomitar pero sino me tomo esa madre nos vamos a deshidratar y los dos vamos a hacernos mierda contra el muro — Comenzó a regañar a su hijo en voz baja mientras se lavaba la cara y corría de nuevo a la pista — Lo siento, me sentí mal un momento.

Quiso ocultarse de nueva cuenta por algunas miradas juzgonas. Malditas hormonas, lo hacían más sensible.

Ese fin de semana en países bajos no fue el mejor. Realmente no lo fue.

Había estado sintiéndose terriblemente mal por las náuseas ya que su pequeño se negaba a cooperar con él, se sentía mal por todos los comentarios hirientes hacia su persona y se sentía mal por haber perdido el podio por algo que no fue su culpa.

Tan pronto como acabó ese GP y el himno de Países Bajos había terminado... corrió a buscar sus cosas y huir.

No iba a lidiar con Max de nuevo, sabía que ese maldito niño loco querría hacerlo y él no estaba para lidiar con sus mierdas. No iba a arriesgar a su bebé por las calenturas de un idiota.

BASTA [CHESTAPEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora