CAPÍTULO 12. GALA FIA

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— ¿Ese es Pato? — preguntó Max con algo de duda. Estaba estático en la puerta sin saber qué hacer.

Se sentía extraño ver a un ser tan pequeñito en los brazos de Sergio.

— ¿Te vas a quedar ahí parado? Entra de una vez Max — Horner le dió un empujoncito al neerlandés para que entrara. — ¿Cómo te sientes, Checo?

— Me siento mejor. Las primeras horas fueron las más difíciles, seguía mareado y me dolía el cuerpo horriblemente... este pequeñito no quería salir — Se refirió a su pequeño que para ese punto ya estaba profundamente dormido — Creo que ya se durmió.

Christian fue el primero en acercarse para ver a Patricio.

El bebé era aún más lindo que en las fotos.

Horner notó de inmediato los genes Verstappen aunque los de Sergio dieron batalla haciendo que tuviera pecas y la nariz de este.

— Se ve como un angelito.

— ¿Quieres cargarlo? Puede ser solo un momento, tengo que ponerlo en el cunero para que descanse — Horner lo tomó con sumo cuidado. Hacía mucho tiempo que no cargaba a un bebé así que tenía un poco de nervios pero todo eso se disipó cuando lo sostuvo.

Era muy pequeño.

Más pequeño de lo que jamás imaginó.

— Es muy lindo, se parece — Se detuvo mirando de reojo a Max — a ti, tiene tus pecas.

— Eso es lo primero que todos notan — Sergio se rió bajito ya que le dolía reírse — Tiene 4 días de nacido. Está casi todo el tiempo aquí, mi mamá y mi hermana me ayudan a cuidarlo aunque duerme mucho.

— ¿Cuándo te darán de alta?

— Mañana, los dos estamos bien así que iremos a la casa de mis padres en lo que me recupero en su totalidad.

— ¿Puedo cargarlo? — Max interrumpió la conversación mirando a Pato algo nervioso — Perdón, no debí preguntar eso.

Checo lo pensó por un segundo. Max era su padre y de algún modo debía de compensar habérselo escondido.

— Sí, solo ten cuidado.

Horner con mucha calma le explicó cómo debía colocar sus manos para sostener al bebé.

— Es más pequeño que cualquier bebé que haya sostenido

— Es normal, los bebés son así de pequeños, con el paso de los días irá creciendo y el médico dijo que en una semana podría abrir sus ojos para ver de qué color son.

Max estaba encantado con Pato.

No dejaba de admirar sus pecas.

Gracias a Dios se parecía a Checo.

Y ahora podía hacerle uno a Sergio y darle un hermanito a Pato.

— Hola Pato, soy Max... eres tan bonito...

Durante toda la noche, Max no se despegó de Sergio y Pato. Se negó a ir al hotel y dejarlo solo, además convenció a la mamá de Checo de irse a descansar, él cuidaría a los dos.

Y lo hizo.

Tenía un aura fuerte y una mirada penetrante que seguía a las mujeres que entraban para revisar a Patricio y no dejó que ninguna insinuara sacarlo de la habitación.

Por la mañana, se ofreció a ayudar a Checo a caminar hasta el auto que lo llevaría hasta el hogar de sus padres.

Patricio estaba vestido adorablemente con un conjunto con estampados de patos mientras comía felizmente del biberón que sostenía Sergio. Tal parece que el pequeño era igual de comelón que cuando estaba dentro de su madre.

BASTA [CHESTAPEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora