Manada Omega

La familia Wayne

Advertencia ⚠️
Mucho texto, ningún diálogo, solo una muy larga sinopsis, se puede saltar esto si así lo quiere, no interrumpe el flujo de la historia solo da más contexto de la misma.

Si había algo que a los viejos alphas atrapados en el siglo pasado les molestaba, era un omega exitoso.

Ya los tiempos habían cambiado, si. Pero siempre se tendrían los estereotipos presentes como también uno que otro bastardo que impusiera roles a la gente y papeles pre-establecidos desde el momento que naces.

Primero fueron los derechos de la gente de color, luego el de las mujeres, la nacionalidad, el estatus económico y como esos habían mil ejemplos. Al parecer el hombre blanco alpha del primer mundo siempre iba a tener más ventajas por sobre los demás, o bueno, eso creyeron ya que poco a poco las leyes se fueron acomodando y los que no entraban en esos privilegios se fueron hartando de ser opacado, humillados y utilizados.

De último y el más difícil de conseguir fue los derechos omega, costo? Si. Aún existían prejuicios? Por supuesto. Pero ninguna lucha por igualdad salía cien porciento ganadora, siempre habían sus peros en la ecuación y solo quedaba conformarse con haber logrado la mayoría. Igual, no se podía educar a toda una población de un día para otro menos en una decada ni dos, los procesos de cambio siempre eran lentos. Asquerosa y estúpidamente lentos.

Claro, hoy en día se respiraba más igualdad que nunca y las generaciones que venían a ser el mundo suyo miraban con desdén y odio ciertos estereotipos fastidiosos.

Esa era la generación con la que estaba creciendo el pequeño Bruce Wayne.

Sus padres Thomas y Martha Wayne eran dos omegas los cuáles sacudieron la alta sociedad de Gotham City. Ya el matrimonio entre omegas llevaba permitido hace mucho pero la vieja y desconfiada Ghotam no tenía ningún ejemplo famoso el cual representar dicha ley. Hasta que los Wayne se adueñaron del escenario.

Los omegas eran conocidos por ser hermosos y Thomas y Martha no eran la excepción. Demasiado bellos y demasiado ricos. La alta sociedad los había aceptado a regaña dientes. Molestos en verse superados por dos omegas, los cuáles tenían suficiente dinero para callarle la boca a quien se pusiera en su camino.

La llegada de Bruce a la vida de los omegas fue una bendición, Gotham consideraba a los Wayne reyes y estaban felices de ahora tener un príncipe que había nacido con una belleza casi inhumana. Los genes de sus padres brillaban hermosamente en la genética del pequeño príncipe de la ciudad.

La muerte de los Wayne había impactado más allá del país, eran muy ricos y famosos como para no salir en cada portada de revista del mundo. Muchos buitres anduvieron al rededor del pequeño e indefenso Bruce pero el mayordomo principal y amigo intimo de la familia Alfred Pennyworth, había ahuyentado a cada posible rata cerca del heredero. Alfred era también un omega, uno demasiado viejo ya para producir feromonas o atravesar un ciclo de celo, pero eso no le impedía agarrar una escopeta y amenazar a cada persona que se le acercara indebidamente a su protegido.

La historia de los Wayne y su relación con la farándula moriría ahí si no fuera por Bruce que de omega tradicional estereotipado no tenía nada.

Famoso por practicar deportes extremos, ser frío y condescendiente con casi todo el mundo, fuerte, alto e imponente como un roble. Muchos alphas se sentían avergonzados de si mismo al estar al lado del multimillonario Omega.

Tenía fuerza, belleza y dinero. Bruce pisoteaba a quien se le pusiera en medio. Se le conocían pocos amigos cercanos y en su empresa era implacable. Había llevado a Industrias Wayne más allá de lo imaginado y triplicado la herencia que le había dejado sus padres.