Manada Omega

Te quería antes y te quiero ahora

11

Damián odiaba las clases, todos eran estúpidos y se ofendian con todo. Los profesores eran mediocres y las reglas ridículas.

Padre siempre decía que estaba en el mejor colegio de toda ciudad Gotham pero a Damián le parecía que llamarla "la mejor" era demasiado.

- Demi, el colegió es divertido. - dijo Jont.

- divertido? Que tiene de divertido estar rodeados de incompetentes.

- no todos somos unos prodigios Demi.

- déjale eso de prodigio a Drake, lo mío es sentido común.

Jont rio y tomo la mano de su novio gruñón.

Estaban en una cita en Metrópolis, a Damián no le gustaba metrópolis pero tenían la costumbre de rotar en que ciudad se haría sus encuentros. Según Damián la ciudad de Superman era calurosa, muy brillante, su gente sonreía tan perturbadoramente como el Joker.

Por otro lado Jont pensaba que Gotham era muy oscuro, frío y nublada. Pocas veces llegaba la luz del sol.

Se detuvieron en un heladería.

Damián hizo una mueca con desagrado, la mascota del local era una barquilla gigante con ojos grandes y sonrisa extraña.

- vas a quejarte también del Sr Cremoso?

- te lo acabas de inventar o en verdad ese es su nombre?

- ese es su nombre.

El rostro de Damián acentuó su disgusto.

- es una heladería! Que acaso en Gotham no tienen mascotas adorables.

- no. Lo más cercano a una mascota es el vagabundo que se sienta afuera. El señor Alan es agradable, tiene una manera de ver el mundo interesante en el area espiritual, su visión de la política también es bastante amplia.

Jont decidió no decir nada al respecto.

Ambos se sentaron en la mesa más alejada que encontraron, Jont pidió un búnker de helado con galletas y lluvia de colores y Damián el clásico vaso con dos porciones de vainilla.

- tus elecciones son aburridas.

- las tuyas de mal gusto.

- me gustas tú

- por eso.

Les trajeron sus respectivas elecciones y comieron en un silencio agradable. Ni a Jont y mucho menos a Damián les molestaba el silencio, su amistad y noviazgo llevaba suficiente tiempo como para ya haber superado los silencios incómodos.

- Dami, recuerdas cuando nos conocimos?

- si, te odiaba.

- hey! ..... bueno, si. Me odiabas, lo cuál no entiendo nunca hice algo para ganarme tu desprecio.

- sonreias mucho, parecías idiota. Hablabas muy rápido, tus feromonas huelen demasiado y eso me irritaba y todo el tiempo hacías contacto físico conmigo al hablar. La verdad, estába pensando en matarte.

- no se que decir ante eso. No he cambiado ninguna de esas cosas que dices que odias.

- lo dije en pasado, ya no odio ninguna de esas cosas. Me gusta como eres.

- como fue que cambiaste de opinión?

Damián se encogió de hombros.

- te entendí mejor. Me di cuenta que tus sonrisas no eran falsas, que no hacias a propósito lo de las feromona para intimidarme y que el contacto físico era porque yo te agradaba.