Eterno

Parte 11: Brava, la mamita

Ya fue.

Ella no era tan fuerte. 

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Juli: "Dale, Marcos."

Marcos: "Dale, Juli."

La joda se le había ido de las manos, ni se acordaba de qué estaban hablando o qué le estaba pidiendo.

Lo que sí sabía es que le gustaba molestarla, que se ría por él, estar acostado al lado de ella. Lo que más le gustaba es que no fuera la chica de su amigo... porque quería que fuese su chica.

Se sorprendió por lo mucho que su cuerpo estaba de acuerdo con ese pensamiento, una sensación de que necesitaba estar con ella lo recorrió de arriba abajo y tuvo que concentrarse mcuho en no pegarse a ella, para que no sienta su erección contra su cadera. Y solamente le estaba rozando la piel de la panza con las yemas del dedo pulgar y el meñique. 

Juli se removió y separó las piernas, y no pudo evitar bajar la vista y recorrerle el cuerpo con la mirada desde la cara hasta la cadera. 

No podía estar más buena.

Tragó saliva y la miró a la cara de nuevo.

Le miró la boca y después la miró a los ojos, para pedirle permiso o confirmar que ella también quisiera, porque él se estaba muriendo de ganas y su autocontrol tenía un límite.

Juli lo miró y bajó la vista y le miró la boca, y él se mordió el labio y le acarició la panza con el pulgar. La caricia la sorprendió, porque aspiró aire por la boca, abriéndola levemente y parpadeó antes de volver a enfocar su vista en él.

La vida era una.

No sabía de donde había salido ese pensamiento de nuevo, pero no quería pensar más.

Se inclinó despacio como para darle tiempo a que ella lo rechace corriendo la cara, y le rozó los labios primero, antes de darle un beso suave. 

Ella cerró los ojos y lo besó también, haciendo un sonido que le fue directo a la entrepierna, y el abrieron más la boca, los dos, para profundizar el beso, mientras sentía que la mano de Juli subia hasta su cuello, y le tiraba del pelo de la nuca. 

No sabía si el gemido vino de él o de ella, pero sacó la mano que le cubría la de ella, en su panza y la movió hasta la cadera, y ella soltó el celular y giró el cuerpo hacia él.

Su intención inicial había sido darle un beso tranquilo, pero esto no tenía nada de tranquilo, era intenso y no podía pensar con mucha claridad. Le hizo presión con los dedos en la cadera, para forzarse a si mismo a no bajar la mano y tocarle el culo, ni apoyarse contra ella, porque no quería que piense que solo... 

Sintió que ella pasó su mano libre abajo de su remera y el contacto de su piel con la mano le querer mandar su autocontrol a la mierda, pero le hizo presión con los dedos en la cadera para qeu se quede quieta. No podía dejarse llevar, porque iba a terminar sacándole la ropa en el sillón de una habitación que podía entrar cualquiera.

Entonces ella le mordió el labio, despacito y le tiró del pelo de la nuca y se quedó helado y se alejó unos centímetros, mirándola un poco entre sorprendido y preocupado.

Juli tenía los labios un poco hinchados por los besos, y la cara un poco colorada de calor y excitación y seguramente él estaba igual, pero además, confundido.

Era como si... como si ya hubieran hecho esto antes.

Juli: "¿Qué pasa?"