Parte 4: 387

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Juli: que dice???

Marquitos: que nunca lo tendría que haber dejado entrar a Gran Hermano.


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Julieta releyó el mensaje varias veces. Tragó saliva, para tratar la pelota que se le había hecho en la garganta y trató de no darle demasiada importancia al mensaje.

Si él nunca hubiera entrado a Gran Hermano... No sería famoso... No hubiera ido a la presencia... Y ahora estaría en Salta, sano y bien.

Y ella nunca lo habría conocido.

Le dolió el pecho y cerró los ojos.

No se lo tenía que tomar personal, tenía que ver con la fama. No con ella. 

Ella también diría lo mismo si le asegurarían que él iba a estar bien, que se iba a despertar y que no iba a tener ningún problema.

Lo que más deseaba con todo su corazón es que él este a salvo.

Era la mejor persona del mundo, no se merecía esto.

Lo necesitaba. Necesitaban. Ella, su familia... Argentina. El mundo. Necesitaban gente como él. Gente buena, necesitaban un mundo lleno de Marcos.

Se le llenaron los ojos de lágrimas, pero podía llorar ahora. Inspiró hondo y largó el aire por la boca, tratando de regularse, una y otra vez, hasta que llegó al sanatorio.

Hizo lo mismo del otro día, dijo que iba a la guardia pero marcó el piso donde estaba él.

Una vez que salió, divisó al papá de Marcos en el pasillo.

Tenía un café en la mano, y un denario en la otra, mirando para abajo, y moviendo los labios.

Entendió que estaba rezando, y se acercó tratando de no hacer ruido hasta que el escuchó los pasos y levantó la cabeza. Se persigno y le sonrió levantándose de la silla.

Ella lo miró, insegura de como saludarlo, pero el Tano apenas estuvo de pie la abrazo con un brazo, y ella lo abrazó fuerte también, y no sabía quien estaba consolando a quien en esos segundos. Claramente, Marcos había heredado o aprendido su cualidad de dar abrazos del papá.


Tano: "Hola Juli... Gracias por venir."

Ella lo miró abriendo los ojos y abrió la boca para decir algo, pero no sabía qué. No le gustaba que le agradezca... Ella... tenía que estar ahí. Era la novia. 

Aunque... capaz ellos no lo sabían.

Juli: "Hola... ¿Ya... se despertó?"

Tano: "Sentate... Todavía no. Carola está con él ahora. Ahora le digo que estás acá, asi lo ves."

Juli: "Que no salga por mi... Yo... Quiero verlo nada más... Es... "  


Se sentó al lado de él. No podía decirle al papá todo lo que le pasaba... Cómo le decía que no podía irse a su casa sin verlo, que necesitaba... tocarlo y, por más que estuviera con una máquina, asegurarse de que estuviera ahí, todavía. Que era real, y que sepa... Aunque él no lo pudiera saber... Que ella estaba ahí, y que no lo iba a dejar nunca.

El Tano le dió una palmada en la mano.


Tano: "Está bien Juli, no tenés que decirme nada."

Juli: "¿Les dijeron porque...? Digo, ¿cuándo se va a despertar?"

El Tano inspiró y se tiró para atrás en la silla, cerró los ojos antes de responderle.

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