Eterno

Parte 23: Mmmmm...

Jueves

La cena con sus amigas la había distraído, pero todo el camino de regreso a su casa su mente volvió a Marcos. 

No podía dejar de dar vueltas a lo que habían hablado, y cada vez que se acordaba la frase que le tiró, se enojaba de vuelta. Se sacó el maquillaje prácticamente arrancándose la cara.

Dió vueltas en la cama, incapaz de conciliar el sueño. La rabia, la inseguridad y la ansiedad se mezclaban y se imaginaba miles de escenarios negativos, con escenas con lujo de detalles.

Miró la hora en su celular. 

Eran las 3 de la madrugada.

Y eso que ella tenía un superpoder para dormirse. Lo peor es que seguramente Marcos estaría durmiendo plácidamente como un bebé en su cama, como si no hubiera pasado nada. 

No fue consciente a qué hora se había quedado dormida, pero cuando escuchó a su mamá llamarla y sacudirla un poco, creyó que había pasado muy poco.

Si no activaba iba a llegar tarde a una producción, así que se levantó disparando de la cama a prepararse y salir.

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Se despertó con besos de Morita en la cara y se dió cuenta que había dormido bastante. Cuando bajó, encontró a su mamá en la cocina, que le preguntó si quería que le prepare algo para desayunar y se quedó con él, contándole cosas de su abuela mientras él la escuchaba.

Al parecer le habían minimizado bastante todo a la abuela para que no se inquietara demasiado, pero estaba preocupada porque hace mucho que él no la llamaba, más de lo "normal."

Quién sabe cuándo fue la última vez que la había llamado, igual. Pensar en eso lo hizo acordarse de la charla por teléfono con Juli ayer y suspiró.

"Ya sé, no te estaba pidiendo permiso digamos."

Apretó los ojos acordándose de lo que había dicho. La verdad es que no le gustaba nada que le digan lo que tenía que hacer o que intenten controlarlo y se había sentido así. 

"¡Obvio! Además vos sos SOLTERO, ¿no? Podés hacer lo que se te CANTE. Podemos."

Sintió una oleada de bronca también. Juli lo había tomado para cualquier lado, no tenía nada que ver con eso. Cómo si juntarse a hablar era que se iba a terminar dando con su ex. Era muy exagerada.

"Podemos"

Bufó al té que se estaba tomando. Si hace dos días ella le dijo que ellos no estaban con nadie más. 

— ¿No te gustó el té, hijo? 

La pregunta de su mamá lo sacó de sus pensamientos. 

— ¿Mmm?

— Estás renengando con el té.

— No, no... Está bien.

— Te estaba diciendo que tu papá quiere venir a almorzar... Y estaba pensando que más tarde podríamos llevar a Morita a merendar.