Eterno

Parte 15: Pobre Marcos

Necesitaba acordarse.

No podía seguir haciendo boludeces y arriesgarse a lastimarla antes de ordenar sus recuerdos... y sus sentimientos.

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Volvió al departamento con Marquitos y miraron algunos videos de la casa, en orden cronológico desde lo último que había visto.

Nominaciones, galas... Tapes grabados de Pluto. Se acordó de cosas que había pensado... Y se acordó de todos sus compañeros. Tuvo recuerdos de esas situaciones... pero lo que más se acordaba era de ella.

Había reprimido todo lo posible que le gustaba para ser su amigo.

Llegaron a ver también que a ella no le había gustado que la señora esa le diga que él gustaba de ella en un tape del canal.

Tragó saliva y se bajoneó un poco.

Por lo que se acordó de la final, entre ellos después había estado todo bien, pero lo que vió... Suspiró.

Ella estaba de novia ahí, tenía que tener eso en cuenta.

Y al parecer súper enamorada.

Y todo el mundo dándose cuenta que él le tenía ganas.

La vergüenza lo recorrió de nuevo.

— Creo que ví suficiente por hoy.

— Eso es un... algo que armó la producción, un tape... No te maquines tampoco.

—No se si había visto esto, pero me si me acuerdo... Que esa mina me caía mal.

— Era detestable.

Le tenía que preguntar a Juli igual. No hacerse la cabeza.

No quería ver nada más de Gran Hermano por hoy. Un par de sus amigos de Salta seguían en Buenos Aires, y decidieron que no iba a ser tan malo si se juntaba... Sabían que había tenido un accidente, pero no que no se acordaba... de cosas. Por suerte, los temas de conversación no giraron en torno a él.

Cuando se fueron, bastante tarde y guardó parte de la comida que sobró, vió la porción de la torta que había llevado Juli. Valen les había dado una parte muy generosa de la torta para que se lleven.

Sintió que le ardía la cara acordándose como había querido darle de comer en la boca y después limpiarle el merengue de la boca con la lengua.

La puta madre.

Capaz Dios lo había hecho ganar Gran Hermano como recompensa por el sufrimiento de resistir la tentación durante cinco meses.

Lunes 28

— Bueno, contame, que tal el fin de semana... ¿Te acordaste de más cosas?

— Bastante la verdad...

— ¿Las registraste como te pedí?

— Eh... ¿Las tenía que anotar, digamos?

— Contame ahora sino...

Estaba en el consultorio del sanatorio, después de haberse hecho la tomografía. Le terminó contando, y tuvo que quedarse un buen rato explicándole.

La doctora asentía y no paraba de tomar notas, en una letra que él no tenía idea cómo iba a poder descifrar ella misma después.