Cap 3

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La pequeña familia se encontraba en su casa, los padres primerizos estaban durmiendo plácidamente. Hasta que un llanto se escuchó por toda la casa.
-¿Que sucede Shun? -preguntó el delta cansado, pues eran las 4 de la mañana.

-Tal vez tenga hambre -soltó el Alfa detrás del rubio.

-Puede ser -dijo mientras acercaba a su bebé de tan solo una semana a su pequeño busto que había desarrollado en el embarazo.

-Vaya parece que si tenía hambre. -dijo el pecoso mientras veía a su hijo. En cambio el cachorro veía a su madre con sus ojos azules.

Después de que el pequeño hijo se alimentará fueron a dormir, dejándolo en la cuna que estaba en la habitación de la pareja.

Al día siguiente, Sabo fue el primero en despertar. Se quedó un rato viendo como su pareja dormía plácidamente juntó a su bebé. Decidió preparar el desayuno para su esposo y para él. Y en eso se oye nuevamente un llanto, haciendo despertar al pecoso que estaba al lado del bebé que lloraba.
-Oh, parece que el alguien ya se hizo del baño -dijo Ace mientras empezaba a cambiar el pañal a su hijo.

La verdad es que no lo recordaba muy bien, pero había había visto a Sabo hacerlo. No debía ser tan complicado, ¿cierto? Después de que le cambiará el pañal al bebé, lo llevó al comedor donde vio el desayuno ya listo junto a su esposo que se notaba ligeramente cansado. Pues era obvio que lo estaría, él era quien más se levantaba en la madrugada porque debía alimentar al bebé.

-Sabo, después de desayunar irás a dormir. -dijo mientras comía lo preparado.

-Pero no puedo, debo cuidar a Shun. Ya sabes que un bebé nesecita muchos cuidados. -dijo cansado.

-Pues yo lo cuidare. Es mi hijo y quiero que tu descanses, prometo que si algo pasa te levantaré. -habló con la boca llena.

-Aún así no me siento bien si no cuido de Shun. -dijo nervioso mientras cargaba a su hijo que balbuceaba, dejando caer un poco de baba de su boca.

El pelinegro se acercó a su pareja y agarro al pequeño Shun mientras este se acurrucaba por sus brazos y hacia pequeños sonidos al acomodarse.
-Tranquilo, confía en mí, puedo cuidar a nuestro bebé por unas horas sin tu ayuda. -dijo con una sonrisa trasmitiendo confianza en su esposo.

-Está bien, confío en ti... Pero prometeme que si algo pasa me levantaras. -dijo serio y preocupado.

-Lo prometo -dijo dándole un beso en la mejilla. -Yo y Shun vamos a sobrevivir sin Sabo, ¿verdad Shun? -le dijo a su hijo recibiendo una pequeña risa.

El delta más tranquilo, se fue a echar una siesta. Confiaba en su esposo y sabía que él podría cuidar de su cachorro, al menos unas cuantas horas.

El azabache estaba viendo como su pequeño bebé dormia en la cuna. Se había cansado después de que jugarán un rato, haciendo movimientos leves como le habían indicado en el médico.
-Waaaaah -lloraba el pequeño bebé al despertar y no sentir el calor de sus padres.

Rápidamente fue donde su hijo y lo mecio para calmar su llanto, pero este solo se calmo un poco y no lograba cesar por completo su llanto. El alfa no sabía que quería su bebé, ¿hambre? Ya lo había intentado, ¿cambio de pañal? Se fijo y nada, ¿sueño? Había intentado mecerlo. Pareciera que quería algo pero no podía comunicárselo.

Llevaba como unos veinte minutos así y por fin algo hizo click en su mente. Había leído por ahí que un cachorro necesitaba del olor de su madre por lo menos los 2 meses o sería muy intranquilo. Agarro uno de los guantes que solía usar su pareja, ya que acostumbraba a vestir algo elegante y se lo acercó a su bebé. Rápidamente logró calmarse.

Después de unas horas Sabo había despertado, se sentía muy enérgico ahora. Vio a su alfa arullar a su bebé, le pareció una escena muy tierna para sus ojos.
-Hola Sabo, ¿Qué tal dormiste? -preguntó el alfa con una sonrisa.

-Muy bien, me siento con más energía -dijo también con una sonrisa acercándose a su bebé. Pero noto como este tenía uno de sus guantes. -Ace, ¿Por qué Shun tiene uno de mis guantes? -preguntó curioso.

-Bueno es que estaba llorando mucho y me di cuenta que tu olor logra calmarlo -respondió haciendo mirar con asombro al delta, el cachorro que dormia plácidamente se empezó a despertar mirando a su madre queriendo llegar allí.

-Parece que mi bebito me extraño -dijo alzandolo, mientras lo acercaba a si mismo y este empezara a hurgar el pecho de su madre en busca de ser alimentado. -Creo que quiere comer. -murmuró mientras empezaba a destapar su busto dejándolo al aire libre para que su bebé pueda tomar.

El día ya estaba finalizando, el bebé estaba nuevamente tomando una siesta, y sus padres solo veían como dormia cómodamente.

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Hola, espero que les este gustando la historia. Decidí que cada semana subiré un cap, son cortos, pero es que la escuela me consume mucho tiempo.

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Editado.

La crianza de un hijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora