En la mañana siguiente un rubio se levantó primero por el llanto de su bebé a lo cual trato de ir, pero algo se lo impidió.
-¿¡Pero que demonios!? -gritó al sentir como el pene de su alfa seguía unido a él. -¡Ahh! -gimio al sacarlo de su interior para despues sentir como un líquido espeso caía de su trasero.-Mhh ¿qué pasa? -preguntó medio dormido.
-¿¡Cómo que que pasa!? -respondió alterado. -Shun esta llorando y cuando despierto tengo tu pito en mi trasero. -explicó avergonzado.
-Ah lo siento, ahora voy por Shun. -dijo mientras se paraba y lo traía como si nada.
Después de que el Alfa trajera al bebé el delta comenzó a amamantarlo, su esposo al ver eso decidió también tomar un poco.
-Oye ¿qué haces? Esta leche no es para ti -dijo molesto y avergonzado a la vez. -Es para Shun, además que vergonzoso y ¡ah! ¡Oye que te pasa, ahora me muerdes también! -gritó molesto, pero recibió otro mordisco leve haciéndolo gritar nuevamente.-Sabo, lo mejor será que te comportes. -dijo el alfa mientras acerbaba su mano al miembro de este y le daba unos leves movimientos.
-¡Oye! Shun esta aquí. -habló molesto el rubio.
El pecoso seguía tocando el miembro del rubio haciendo que este suelte suspiros y algunos gemidos. Pero en eso se oyó un tono de llamada.
-¿Hola? -sonó del otro lado del teléfono. -¿Alguien esta ahí? Soy Koala -dijo la de cabellos castaños. -Quería saber porque Sabo-kun no ha venido a trabajar. -volvió a hablar.-Eh si, soy Sabo -dijo nervioso, se sentía avergonzado al pensar en la razón. Obviamente no le podía decir eso. -No pude ir porque Shun ha estado enfermo y me preocupaba que empeoraba. -explicó con la voz temblorosa.
-Oh ¿Está bien Shun-chan? -preguntó preocupada la de ojos chocolate.
-Si. Bueno te cuelgo, Koala. Mañana sin falta estoy allá -dijo mientras la chica igual se despedía.
Un rato más tarde, el rubio se paro de la cama con algo de dificultad. Su bebé se había dormido en sus brazos después de ser amantado.
Fue a dejar a su hijo en su cuna para después irse a ponerse algo de ropa. Por suerte, dentro de su hogar no hacia frío.El pecoso mientras se tuvo que levantar e irse a trabajar, tarde, pero fue. El rubio seguia en lo suyo, limpiaba la casa. Ya había llamado a la niñera para que no venga, tal vez podía ir donde su querido hermanito.
El delta alistó la pañalera y la guardo en el carro, mientras ponía a su hijo en el asientos para bebés de una forma delicada para no despertarlo. Partiendo para su destino, pero obviamente no sin antes avisar a su hermano que irían.
Al llegar se sentía bien la suave y refrescante brisa en todo su cuerpo, su hijo se empezó a levantar mientras balbuceaba un poco para tener la atención de su mamá.
-Oh Sabo, que gusto verte -dijo con una sonrisa para que depués su mirada se centre al pequeño bebé que lo veía con curiosidad. -¿Este es el pequeño Shun? Esta muy grande. -dijo feliz.-Bueno los bebés crecen muy rápido. -respondió con una voz dulce mientras entraba con su cachorro en brazos.
-Torao no está, sigue trabajando y yo hoy no tengo que ir a la Universidad. Por lo que siempre me quedo solo, así que es bueno que hayas venido Shishishi. -río con una enorme sonrisa la cual su hermano extrañaba.
-Ya veo, ¿qué quieres hacer? -preguntó el rubio a su hermano.
-No lo sé -respondió el pelinegro para después pensar. -Mmmmm -emitió ese sonido por un largo rato mientras ladeaba su cabeza hacia un lado. -¡Ya se, hagamos algo de comida! Torao no me deja cocinar si no está porque teme que prenda fuego la casa. -dijo con un puchero.
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La crianza de un hijo
FanfictionUna joven pareja de casados, esperaba con ansias la llegada de su primer cachorro. La verdad, ellos no tenían planeado ser padres, pero harían todo para cuidar y proteger al nuevo integrante de su pequeña familia.