omegaverse;
Un príncipe que no ha pisado el mundo exterior y un ladrón que quiere la corona real. Un omega algo asustadizo pero confiado y un alfa desconfiado que solo huye. Louis heredero al trono y Harry colándose en el castillo, encontrándose con...
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Harry y Louis se miraron con los ojos más abiertos de la cuenta.
Los pasos se escuchaban deambulando de un lado a otro detrás de aquella puerta blanca.
Tenían que buscar una forma de salir de allí antes de que alguien los descubriera y pasara algo peor.
El alfa miró a su alrededor buscando una salida por aquella habitación. Divisó un par de ventanas que podrían servir para escapar. Murmuró para no ser escuchado y llamar la atención de Louis que estaba completamente quieto.
— Las ventanas, quizás podamos saltar por ellas.
El menor reaccionó y cada uno se fue a una de las ventanas, posándose en la repisa de esta para ver donde caerían pero la decepción cayó en ellos cuando vieron que estaban a una distancia demasiado alta y lo único que había abajo era tierra y césped.
— Por aquí no podemos saltar, Harry. — Advirtió separándose de la ventana apurando.
Harry lo miró dudoso. — La única manera de salir es por esa puerta.
— Nos verán. No van a descubrir si salimos ahí.
— Tendremos que arriesgarnos. Si nos quedamos aquí, también nos pillarán.
Se acercaron a la puerta y Harry pegó su oreja a la puerta para escuchar. Al parecer unos cuantos guardias hablaban detrás de ella.
— ¡Tienen que estar en algún lugar del castillo!
— ¡Unos aldeanos vieron entrar al castillo al príncipe de Zenttokya y a ese ladrón!
— ¡Tenemos que encontrarlos antes de que la familia Wright regrese!
Los guardias corrían desesperados por los pasillos. Harry escuchó como los pasos parecían alejarse de aquella puerta y decidió que era momento de salir.
— Bien. Saldremos ahora.
Harry miró su mano cuando notó como el ojiazul la estrechaba con la suya.
— No me sueltes. — Pidió Louis cuando ambos se miraron a los ojos.
No podían decir que no tenían miedo porque no era verdad. Estaban asustados, no querían que los pillaran y temían lo que podía pasar si eso ocurría. No querían ser separa, no ahora en ese momento en el que estaban tan unidos.
Harry prometió en silencio y abrió la puerta con sigilo, apretando su mano en el pomo de la puerta. Ambos salieron con cuidado de no hacer ruido, al pasillo estaba despejado pero no podían bajar la guardia. El mayor guió en todo momento, pasaron un par de esquinas, bajaron escaleras, recorriendo cada pasillo, intentando evitar a los soldados del reino, hasta que se vio completamente perdido.
