XV

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- Me alegro que estés bien inozuke. - dijo el peliburdeos quien estaba a un lado de la cama viéndolo comer.

- Oye tú no te llenas? Este es el quinto plato que comes de carne y más las 6 bolas de arroz. - pregunto el oji miel.

- Es bueno que coma, así recupera las fuerzas de casi dos semanas durmiendo. - dijo el pelirapado que le traía una bandeja de dulces.

- ahh~ casi me lleno, trae eso para acá. - extendió sus manos.

Los presentes rieron al ver la actitud del menor que parecia un niño.









- Bueno, yo ya me tengo que ir. - dijo el Rubio - deja de comer tanto que te puede doler mucho la estómago. - recomendó saliendo de la habitación.

- Yo igual me tengo que ir, creo que ya es hora que Tomioka-Sam llegue. - se levantó - nos vemos Inozuke, descansa luego de comer. - con eso se fue el peliburdeos.

- Te gustaron? - ladeo el rostro el pelinegro.

- Si... - dejó de comer y miro fijamente al pelirrapado.

- .??? - ladeo el rostro el muchacho.

- Tu hermano... Por que no a venido? - ladeo el rostro.

- Ehhh es que esta en una misión, y bueno es de varios días. - se rascó la nuca nervioso.

- Cuando viene? -

- No lo se, tal ves mañana viene, desde hace tres días se fue, así que supongo que mañana. - río nervioso.

- ... Justamente cuando desperté... - gruño en un susurro.

- No te preocupes, el vendrá. - sonrió y se levantó tomando la bandeja. - yo me iré, tu termina esos dulces y si quieres descansa, recuerda que la señorita shinobu- Sam dijo que tenías que descansar por los fuertes Dolores de cabeza que te han dado últimamente. - el menor asintió viendo salir al pelirrapado.

La habitación se quedo en silencio, el atardecer iba cesando dejando la canción del viento entrar por una de las ventanas de a un lado de la recámara.

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¿Por que no iba a verlo?

Tenía unas grandes ganas de verlo, el patrón no le había permitido ir a misiones, hasta que descansará, pero la razón verdadera era que él fuera a ver a ese niño.

No podía verlo, le había echo mucho daño, sentía vergüenza de si mismo al verlo lastimado tanto.

Tok tok

- Hermano. - llamó al otro lado de la puerta.

-.... - suspiro y miro hacia la puerta.

- Le lleve dulces a Inozuke... - no hubo respuesta por el otro lado. - El.. El quiere verte. - suspiro. - No le hagas más daño, ve y haz lo que el quiere en este momento que esta despierto.... Porque los dolores de cabeza son mas frecuentes y la señorita Shinobu menciono en dormirlo nuevamente. - el sonido de la madera se escucho, dando a luz que había alguien adentro. - nadie se acercara hoy... Es tu oportunidad. - con eso dicho dio media vuelta y salió de aquellos pasillos.

El Albino trago duro y tomó la manija de la puerta. No quería verlo nuevamente así, pero no quería sentir esa desesperación, rápido soltó la manija y se acostó en el futón y miro de lado de la ventana donde veía el cielo el cual estaba estrellado yá.

Empuño las manos y tomó aquel uniforme que siempre llevaba saliendo de la habitación ya rápido.

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Rey del Bosque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora