XVI

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Se aferró más a aquella calidez, era muy buena y más su olor, había podido dormir muy bien y no había tenido ningún dolor de cabeza en el transcurso.

Lentamente comenzó a abrir sus ojos subiendo su vista viendo el rostro relajado del albino. No pudo resistir sonreír al verlo así, no tenía el ceño fruncido, subió sus manos y acarició una de sus mejillas y cabellos, tal vez lo despertaría pero tenía curiosidad de tocar sus cicatrices, sus cabellos, sus labios y ver esa mirada luna que lo atrapó recorriendo su pecho.

- Yo quería ver las marcas esas. - señaló su pecho sonrojado.

La mirada ciruela dejo de verlo y se alejo un poco para ver el techo.

- ¿Que tienes? - ladeo su rostro.

- Verga... - lo volteo a ver. - Si vine después de todo. - lo envolvió en un abrazo subiendo sus manos bajo su pijama. 

- Hey! - trago duro todo sonrojado pero aún así se aferró más a su pecho dejandolo que tocará su piel.

- Mierda. - Gruño y apretó más su agarre.

- Oye me sacarás todo lo de adentro. - Se intento alejar ya que apenas podía respirar.

- Oh sí.... - Se separó un poco. - Que débil eres. El de esmeraldas subió su mirada y se le subió encima para abrazarlo con fuerza.

- Es todo lo que tienes? - pregunto el albino que sentía como el de esmeraldas ya le temblaba el cuerpo de la fuerza echa.

- Ugh! - frunció el entrecejo y lo soltó. - Orita tengo ambre por eso no tengo muchas fuerzas! - Alzó la voz todo sonrojado al no haber logrado hacerle nada.

- Ajá. - Rodó los ojos y subió sus mano hasta su mejilla dejando ver la mirada ya relajada del menor que estaba sobre él.

- Quiero tocar mi boca con la tuya. - Era normal que el niño no supiera que era lo que hacían, el albino le causó un poco de desconcierto pero luego dibujo una sonrisa ladina.

- Mierda, que estoy haciendo contigo. - Dijo para acercarse y besarlo teniendo ya las manos del menor rodeándole su cuello.

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- Aoi-sam. - Llamo entrando a la cosina donde la nombrada cosina y una niña de trenzas la ayudaba mientras  las dos de la trillizas miraban una comida para que no se le para algo y les ponían nombre a quien de todos los casadores que estaban en ese lugar les tocaba que comer.

- Hola Shinobu-sam. - bajo un poco su rostro y bajo la llama de la sopa que hacía.

- Ya le llevaron la comida a Inozuke ? - ladeo su rostro.

- Oh -  miro a las niñas que estaban sentadas.

- Disculpe señorita Kocho-sam, el chica de la habitación XXX  tiene una visita. - respondió la de dos colitas.

- ¿Visitas? ¿Tan temprano? - ladeo su rostro.

- Si. - afirmo la otra niño de pelo destendido.

- Bueno, al parecer esa visita está desde ayer en la noche porqué, por como los encontraron las chicas se veía así. - Dijo está vez la chica que seguía cosinadon

- ¡Qué! - alzó un poco la voz. - ¿Quién está con Inozuke? - pregunto viendo a las niñas que estaban a un lado e la comida.

- E-El pilar del viento señorita. - respondió un poco dudosa la de colitas.

La mujer salió con rapidez hacía la habitación aquella. Con rapidez abrió la puerta y pudo ver que el albino tenía acorralado al menor en la cama posiblemente besnadolo por qué ahora los dos la estaban viendo.

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⏰ Última actualización: Jun 23 ⏰

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