5: La cita

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Marsh Danielle

Bailo completamente alocada por toda mi habitación, a un ritmo totalmente diferente a la música, puedo sentir como mi cuerpo se deja llevar cada vez más haciéndome muy feliz. Amo tanto la música pop que moriría por ella, es cuando esté en mi lecho de muerte le pediré a mis hijos que me entierren con todo mis álbumes y en mi funeral solo suene mi música y que si no llegan a hacerlo los espantaría todas día a cualquier hora. Luego de que termina la canción sigue una un poco más suave causando que me tire hacia atrás para así caer de espaldas a mi cama.

Hoy estoy esperando la llamada del chico que conocí en la tienda de películas del pueblo, es muy guapo; es alto, con el cabello levemente rubio, ojos color miel, osea un prospecto perfecto para mí. Cuando le di mi número dijo que me llamaría en un par de días, aproximadamente en la tarde y aquí estoy mirando el teléfono desde mi cama. Ojalá a mi madre no le dé por chismosear de nuevo mis llamadas, siempre que tomo una llamada ella se fija para saber quién es, lo que es una gran falta de respeto a mi privacidad, pero ella se lo toma a gracia.

Riing~ Riing- Riing~. Con toda mi destreza me levanto de la cama de un solo brinco y rápidamente contesto el teléfono.

- Hola Daniele ¿Que tal estás?

- Muy bien, pero eso sí, me tenías penado

- Oh... lo siento, es que he estado muy ocupado en mi trabajo y ahora tuve tiempo para almorzar y te estoy llamando desde el celular de un compañero

- Okey, okey ¿Y ahora que? ¿me invitarás a salir?

- Vaya. Emm... claro, claro ¿Estás libre hoy en la noche?

- Sí lo estoy ¿Tienes donde anotar? Así te digo mi dirección

- Sí, dámela

Luego de darle mi dirección me despido de él mandándole un lindo beso. Al colgar me acerco a mi armario y analizo que podría poner para cautivarlo por completo, tomo varios de mis mejores vestidos y los pongo ordenadamente en mi cama. Hay uno que creo que será el elegido, es totalmente blanco junto con un lindo cinturón dorado, puede que parezca un poco sencillo, pero en mi, prácticamente me convierto en una princesa.

Ojalá sea un chico interesante y no solo una cara bonita, ya estoy un poco cansada de salir con chicos tontos, que solo piensan en su hombría y demostrar lo macho que son o que podrían ser. Me encantaría conocer a alguien que sea amable, cariñoso, leal y que tanga mucha clase sin importar su situación económica. Hace mucho tiempo que no tengo que no tengo una cita y aunque yo sea muy segura de mis misma, me dan muchos nervios ese tipo de situaciones, me aterra la idea que todo llegue a ser muy incómodo y que no podamos sacar buenos temas de conversación o simplemente no congeniar en lo absoluto.

Voy hacia mi baño personal y empiezo a preparar mi bañera para darme un relajante baño con algunas infusiones que ayudan a mantener mi piel suave e hidratada. Cuando iba a quitar mi pijama, el timbre empieza a sonar con intensidad, frustrándome demasiado. Enojada bajo a la primera planta y abro la puerta. De repente entra Hanni muy acelerada empujándome y haciéndome chocar contra la puerta.

- ¡Oye! ¿¡Que te pasa!? - le grito fastidiada.

- Danielle, volvió Sam

- ¿Eh? ¿Qué? ¿Cuándo?

- la noche de la pijamada

- Pero... puff ¿Y que sentiste al verlo?

- Muy felíz, muy muy muy feliz - dice más preocupada que otra cosa.

- Vaya ¿Y ahora qué?

- No me digas eso Dany, vine por soluciones

- Jajajaja, no, no. Eres muy atrevida, lo sabes ¿No?

Forbidden feelings [Bbangsaz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora