4: Sam

202 26 0
                                    

Pham Hanni

Gracias a la luz que entra por la ventana hace que me despierte. Un poco confundida miro a mi alrededor y por un momenito me asusto al no saber dónde estoy pero en segundos me doy cuenta que estoy en la habitación de Haerin, jajaja, idiota. Cuando iba a levantarme me ví impedida ya que Minji me tiene fuertemente abrazada, al igual que un oso; con cuidado quito su mano de mi cintura y me levanto sin hacer mucho ruido, estirándome en el proceso.

No puedo explicar lo mucho que me gusta dormir en la casa de Haerin, su cama es horriblemente cómoda, tiene televisión, computadora y eso que solo hablo de su cuarto ya que la casa en si, es una locura. Ella es la tiene una casa más grande que todas, gracias al trabajo de sus padres. Las pocas veces que me dejan dormir aquí trato de aprovechar lo máximo, de hecho hay algo que hago casa vez que estoy aquí, eso sí en secreto; lo que hago es mientras las demás están dormidas salgo de la habitación y empiezo a caminar por la casa Imaginándome que es mía, es un poco vergonzoso pensarlo y no me imagino la vergüenza que me daría si alguien lo notase.

Y como dije es justo lo que hago al salir de la habitación, bajo tranquilamente por la escaleras de mármol tocando la barandas doradas y voy hacia la cocina que prácticamente es de película. Otra de las cosa que me gusta hacer aquí es cocinar, desde muy pequeña mi madre me dijo que una mujer que no sabe cocinar no es una mujer así que lo primero que hizo fue enseñarme a cocinar, e ignorando su horrible comentario me encantó la experiencia de cocinar y cada vez que puedo lo hago. Mi padre cuando me ve cocinar en la casa automáticamente me aleja de ella y me dice que eso es trabajo de mi madre, es algo que me confunde demasiado.

La última vez que dormí en la casa de Danielle la señora Marsh me enseñó a hacer waffles y es lo que haré para que todas desayunemos algo delicioso. Mientras inicio mis recuerdos vuelan a la noche anterior, fue muy pero muy gracioso ver a Haerin completamente traumada viendo la pantalla, ese plan fue obra de Minji. Una hora antes de venir aquí fuimos a la casa de Danielle y la llevamos a pueblo para que comparamos la película, al final por la vergüenza Danielle de una forma muy sensual le pidió a un chico que le comprara una película para el adultos, aún recuerdo la cara que puso al escuchar el género que queríamos ver, pero al final nos hizo el favor y Dany le dió su número ya que era muy apuesto según ella.

Siendo sincera no fue la primera vez que miré pornografía. Todo sucedió cuando tenía 14 años, yo estaba limpiando la casa y cuando estaba limpiando debajo del sofá encontré una revista un poco desgastada, en la portada había una chica sosteniendo sus senos y haciendo una expresión extraña; cuando mire el interior me llevé una gran y asquerosa sopresa, solo ví como dos páginas y volví a dejarla dónde la encontré. Lo de anoche literalmente fue otro nivel, lo que vimos fue... no lo sé, la verdad es que sentí algo no habia sentido nunca y eso tengo 21 años.

- Mmm~ Bueno días - levanto la mirada y veo a minji caminar hacia mi.

- Buenos días ¿Qué tal dormiste?

- ¡Ja! Como una reina... es increíble venir aquí ¿No? - pone su mentón en mi hombro.

- Sí, es maravilloso...

- ¿Y que estás cocinando?

- Waffles

- ¿¡En serio!? Dios mío, te amo tanto - me dice para luego darme un tosco beso en la mejilla.

- Jajaja mejor alejate, que me desconcentras

- Aahh, llorona - se aleja y se sienta en un banco que está frente a la barra de la cocina. Al terminar de hacer unos cuantos Waffles le sirvo en un plato varios de ellos a Minji que empieza a comerlos desesperada.

- Uff que huele tan bien - aparece Danielle y Haerin por la gran puerta del lugar.

- Wafgg - dice Minji con la boca llena.

- Por Dios Minji que asco - frunzo el ceño - Y ustedes se levantan muy tarde

- No, no, no, ustedes se levantan muy temprano, que es diferente

- Jajaja bueno... puede ser

...

Llego a casa muy agotada por el largo viaje en la bici, aunque todas vivamos en la misma zona, no vivimos nada cerca una de la otra, de hecho mis ricachonas favoritas viven lejos de aquí y ellas si que viven un lado a la otra, ojalá así fuera entre Minji y yo. Dejo mi bicicleta en la entrada y al entrar a mi casa me encuentro a mi padre en el sofá escuchando la radio mientras toma cerveza y a mi madre en el comedor tejiendo, después de saludar a cada uno subo a mi habitación y me llevo un gran susto al ver a un chico de espaldas viendo por la ventana.

- ¿Sam?... ¡Sam! - me abalanzo hacia él.

- Que tal Hanni - me saluda un poco sonrojado.

- ¿Que haces aquí? - me alejo - ¿Cuando llegaste?

- Hoy muy temprano en la mañana, me encanta volver a casa

- ¿Que te parece la sorpresa hija? - me dice mi padre desde el marco de la puerta.

- ¿Sabías que Sam iba a volver?

- Sí, queríamos sorprenderte

- Woah, esto es increíble

Sam fue el primer amigo que tuve al llegar aquí, él junto a su familia nos dieron la bienvenida cuando apenas tenía 6 años y el también. Hace tres años ellos se fueron del pueblo para cuidar a su abuela que estaba a punto de fallecer y al hacerlo decidieron quedarse más tiempo allá, hasta ahora, no puedo describir la felicidad que siento en este momento.

Él se hizo tan cercano a mis padres que lo consideran como de la familia, mi papá siempre dice que es como el hijo que nunca tuvo, en serio le agrada y no lo culpo. Desde que nos conocimos, en todo momento hacíamos cosas juntos, jugar, estudiar y charlar de cualquier tontería. Las veces que alguien me me molestaba en la escuela el parecía haciendo lo posible por defenderme aunque después terminara con un fuerte golpe en el rostro. Fue una lástima cuando el decidió salirse de la la escuela para trabajar en la granja de sus padres, por ello ya casi no pasábamos tiempo juntos.

En muchas ocasiones nos escapamos en las noches al pico de la colina que está detrás de mi casa, llevábamos unas mantas y algo para tomar, nos quedábamos allí por horas contemplado las estrellas y de vez en cuando la luna. Aún recuerdo que por esas escapadas tuve con él mi primer beso, a mis 13 años, fue algo tan inocente y torpe, pero muy lindo. después tuve un leve enamoramiento por él y eso murió un tiempo después que el se fue, en ese entonces me mantenía triste todo el tiempo, ni los consuelos de mis amigas me ayudaba.

Lo bueno fue que con el tiempo pude ir retomando poco a poco mi tranquilidad, hasta el punto de que casi no pensaba en el y menos que en los sentimientos que llegué a sentir por el. No negare que el que Sam haya regresado no me preocupa ¿Y si esos sentimientos vuelven a mi? En serio no quiero volver a eso, era horrible estar enamorada de prácticamente tu mejor amigo, y también sentía como si le estuviera faltando el respeto a lo que teníamos y poniendo en prueba que un chico y una chica no pueden ser amigos. No quiero volver a eso, de verdad.

Pero y si sucede que podría hacer, y si hablo de esto con Danielle ella sabe de estas cosas, a veces me sorprende lo muchos que sabe del mundo del romance, bueno ya somos adultas pero de igual forma, nosotras en ese sentido somos tontas a compasión de ella. Creo eso haré, es seguro que algún concejo podrá darme.



















Natix 🌼

Forbidden feelings [Bbangsaz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora