Kim Minji
Impaciente miro el reloj que está en lo más alto de la iglesia del pueblo, ya son más de las 6 de la tarde y me siento muy agotada. Hoy decidí venir al puesto de frutas lo más temprano posible para así obtener más dinero y la verdad me arrepiento demasiado, llevo más de 13 horas aquí y sin ningún tipo de ayuda; mi madre hoy tuvo que quedarse en casa por órdenes de mi padre ya que el consiguió otro trabajo en una fábrica como carguero entonces ya no permite que mi madre trabaje conmigo, solo que se quede en casa limpiando y cocinando.
Estos últimos días han sido muy duros para mí con este cambio ya que este trabajo casi todos los días lo hacíamos juntas. Aunque mi madre y yo no muchas veces estemos de acuerdo me duele mucho lo que vive ahora con un esposo que cada vez se vuelve más controlador y demandante, al menos con ella mientras trabajaba hablamos de cualquier cosa que nos surgiera, ahora me siento muy sola sin ella. Lamentablemente no puedo ir donde Hanni la veces que quiera por dos cosas, no puedo dejar el puesto solo y no me llevo nada bien con su padre. Desde hace muchos años que él y yo no tenemos alguna conversación que no sea incómoda y no tengo idea de cómo hacer que eso acabe.
Cuando marcaron las 9 en el enorme reloj de la iglesia, cierro de una vez por todas nuestro pequeño local. Hoy no me fue muy bien en la ventas, lo que me entristece demasiado ya que aunque mi padre tenga otro trabajo no nos alcanza para nada y sumando que hoy vendí muy poco significa que todo se irá en deudas y no en comida. Ugh y ahora tengo que pedalear por media hora hasta mi casa, Dios mío hoy seguramente moriré. Con mi rostro enrojecido y con mis pulmones apunto de salir por mi boca dejo mi bicicleta en la entrada de mi casa y al estar tan cansada cuando intento bajarme caigo al suelo ensuciando aún más mi desgastada ropa.
Sacudo el polvo que quedó sobre mí y entro a la casa, voy hacia la cocina para ver qué puedo comer antes de dormir y cuando abro la nevera veo un recipiente con una pequeña nota que dice "Es tu favorita. Con amor mamá" una linda sonrisa sale de mi mientras siento como mi corazón se siente impresionantemente amado, es muy triste que mi madre no esté para agradecerle. Cuando estoy a punto de terminar la deliciosa lasaña escucho como la puerta es abierta azotándose contra la pared, luego veo a mi tambaleante padre entrar y como siempre, totalmente ebrio. Sin moverme de mi lugar miro como empieza a caminar hacia mi, él se queda viéndome por un momento y de la manera más atrevida me quita mi plato de comida y se come los últimos restos que habían en el plato... yo que siempre dejo lo mejor al final.
Él tira el plato de nuevo a la mesa, gracias a Dios sin quebrarlo, y vuelve a mirarme fijamente. No logro identificar su expresión en este momento, solamente parece que está en otro lugar, seguramente ni me está viendo a mi. Después sin más se da la vuelta, va hacia el pequeño salón, mira la demacrada televisión que tenemos y la enciende.
- ¡Está mierda! - grita al ver que los canales no funcionan - ¡Ven aquí Minji! - Me levanto y voy hacia él.
- Dime, que quieres - le digo enojada.
- Vuelves a hablarle así a tu padre y hoy duermes en la calle... ahora arregla ese aparato
Puff, lo triste es que no miente en lo que dice. Aquí los únicos que sabíamos arreglar el televisor era mi hermano Lucas y yo, hubo un día en el que mi hermanito no pudo arreglarlo y el sin más saco a su propio hijo de la casa, dejándolo allí toda la noche; el a cada rato llamaba a mi padre para que le abriera ya que tenía mucho frío, pero el no le hacía caso. Al final cuando mi padre calló dormido tome toda mi valentía y le abrí la puerta, al otro día mi papá no se acordaba de lo que había hecho y cuando se lo contábamos, solo se arrodillaba a pedir perdón... Imbécil.
- Ya está - le digo
- Si, si ahora vete que mañana tienes trabajo que hacer - dice con desprecio.
- Como diga... idiota - digo bajo mientras me alejo.
- ... ¿Que dijiste? - detengo mi paso sin mirar atrás. Dios mío me escuchó - ¡Que dijiste Minji!
Cuando me giro veo como se levanta del sofá con una expresión de enojo muy pero muy marcada así que lo único que hago es correr lo más rápido que puedo a mi habitación. Puedo sentir sus retumbantes pasos detrás de mi, lo que me asusta cada vez más. Al llegar a mi cuarto, le pongo seguro a la puerta y de igual forma pego mi espalda en ella para que no logre entrar. Hay silencio por unos segundos hasta que los golpes en mi puerta aparecen.
- ¡Abre la puerta! - golpea sin parar - ¡Te he dicho que abras la puta puerta Minji!
Con el miedo apoderándose de mi cuerpo, me empiezo a deslizarme poco a poco, hasta quedar sentada en el suelo mientras cubro mis oídos y mis lágrimas invaden mis ojos. Luego los golpes se hacen más lentos y cansados al igual que sus gritos.
- No... no pues llamar de esa manera a tu padre, yo... te quiero mucho Minji - ¿Está llorando? - No puedes llamar idiota a tu padre, no... no...
Unos cuantos minutos después, el silencio se hace presente y decido abrir mi puerta. Al hacerlo veo mi padre cae lentamente al suelo ya que estaba recostado en la puerta. Con cuidado lo tomo del cuello de su camisa y lo empiezo a arrastrar hacia su habitación. Cuando llegamos lo dejo en el suelo muy cerca de la cama, con cautela meto mi mano en su bolsillo y saco su billetera en ella veo parte del dinero que se supone que le pagaron hoy, sin hacer mucho ruido saco casi todo el dinero y vuelvo a dejar la billetera en su lugar.
Gracias a mi él tiene ese trabajo y ya no puedo soportar que cada que el consiga dinero se lo gaste en licor y cigarros. Estoy segura que mañana creerá que todo se lo gasto la noche anterior. Apenas llegue mi madre le daré la mitad de este dinero, diciéndole que es parte de lo que gané en le puesto de frutas y la otra parte la guardaré ya que tampoco confío mucho en mi madre la verdad, es muy probable que si mi padre llega a ver el dinero ella sería capaz de dárselo así que es mejor prevenir que lamentar. Sin más que hacer lo dejo allí tirado y luego de apagar y limpiar todo me voy a dormir.
Ojalá tener Hanni conmigo en este momento, ella siempre sabe cómo hacerme sonreír y olvidar todo lo malo que vivo en el que se supone es mi hogar. Con el simple hecho de tenerla aquí y platicar me es suficiente. Ya han pasado días desde que no nos vemos o en el que salimos a hacer cualquier cosa, ya sea en el campo o en el pueblo. Ya pronto es la feria y quiero hacer todo, comer, bailar juegar en los juegos mecanicos, de to-do, con las chicas y aprovechar el máximo tiempo posible con ellas, más que todo con Hanni, en serio la extraño mucho.
Por lo que he escuchado Sámuel volvió al pueblo y me imagino lo feliz que se puso al verlo. Yo nunca me hice cercana a ese chico, la demás si pero yo no. En la escuela ellos eran como uña y mugre, todo el día, todos los días de aquí para allá, yo juraba que eran novios o algo, pero no era así, a veces me pregunto si mi amistad con Hanni tendría la misma fuerza si el no se hubiera ido. A él lo aprecian solo porque es un niño lindo y amable, ¡Ja! no pues que gracia, yo también soy una niña linda y amable ¿Y dónde está mi atención que no la veo? Hmm. Espero que no sea por él que Hanni y yo ya casi no nos veamos, eso sí que me pondría triste... pero en serio qué cojones tiene él que no tenga yo ¿Ah? Qué tiene.
Natix 🌼
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Forbidden feelings [Bbangsaz]
RomanceVerán como la vida de cuatro chicas pueblerinas podría caer en un profundo vacío, si no buscan la manera de escapar. Pareja secundaria: Daerin. - Completamente mía. - Solo es ficción. - Contenido vulgar&sexual.