DXD One-shots

OneShot 2 - Issei Gremory

Issei Gremory un niño de 6 años de edad, segundo hijo de la Familia Gremory siendo Rias Gremory la primera corría por el enorme pasillo en dirección a su habitación, al ser una enorme Mansión le costaba un poco poder llegar caminando o corriendo hacia ella. 

Issei a pesar de no poder desarrollar el Poder de la Destrucción de la Casa Bael proveniente de su madre Venelana Gremory si pudo obtener un gran poder de magia, hechizos, encantamientos y brujerías. 

A pesar de ser tan pequeño ya había podido absorber el conocimiento como el de una persona adulta, era el primero en su clase, a pesar de no tener Poder de la Destrucción si tenía una gran mente. 

Ahora mismo Issei se dirigía a su habitación, volteo la vista hacia una pintura que había en la pared que lo llamó la atención, el retrato de la pintura era de un enorme dragón con escamas carmesí, pudo ver como los ojos color esmeralda del dragón dieron un pequeño en cuando los miro, sin prestar atención se tropezó con quien está delante de él cayendo boca abajo. 

Issei abrió los ojos al darse cuenta de donde estaba, había caído sobre el trasero de una de las sirvientas de la Casa Gremory. 

—Perdóneme Grayfia-san no era mi intención —Issei retiró su cara del trasero de la mujer y dio unos pasos hacia atrás.

—No se preocupe Issei-sama, fue un accidente, pero tenga mas cuidado para la próxima por favor —La maid se puso de pie ordenando la ropa que había traído en brazos pero ahora estaba en el suelo. 

—Déjeme ayudarla por favor —El castaño tomó algunas prendas comenzando a doblarlas, al hacerlo se dio cuenta que eran las que usaba la sirvienta en sus tiempos libres. 

Al recoger las prendas que estaba al fondo noto como eran más delgadas y pequeñas qué las demás, al verlas con más precisión se dio cuenta que era la ropa interior de la mujer, Issei rápidamente soltó las prendas de sus manos haciendo que cayeran al suelo. 

—Perdóneme Grayfia-san —El castaño agachó la cabeza en señal de disculpa. 

—No se preocupe Issei-sama, gracias por ayudarme —La peliplata se puso de pie tomando la ropa entre sus brazos. 

—Perdóneme Grayfia-san, me retiro —Issei hizo una reverencia y después salió corriendo a su habitación intentando ocultar su sonrojo. 

Tras cerrar la puerta de su habitación comenzó a respirar muy rápido y después dio un gran suspiro en el aire y se recostó sobre su cama mirando hacia el cielo. 

—No puedo creer que haya tocado el trasero de Grayfia-san, qué vergüenza, pensara que soy un pervertido, aunque no puedo negar que se sintió tan bien poner mi cara en su trasero —El castaño movió su cabeza con rapidez de un lado a otro —No, no puedo pensar en esas cosas, Madre y Padre me educaron bien como para pensar en las mujeres de esa forma. 

Escuché como su puerta era tocada desde la parte de afuera. 

—¿Issei-sama puedo pasar? 

—Si puedes pasar —Quién abrió la puerta era Grayfia la qué traía en manos una canasta de color blanco —Perdone la intromisión Issei-sama pero vine a recoger algunas prendas que tuviera para ser lavadas. 

—Eh, si están en la canasta de la esquina, perdóneme es que no he tenido tiempo para poder bajarla para lavarla, he estado muy ocupado —Issei bajo la cabeza por la pena que sentía. 

—No se preocupe Issei-sama, yo me ocuparé de eso —Grayfia se acercó hacia la canasta abriéndola y cogiendo la ropa que había dentro y poniéndola en la que ella había traído. 

El castaño solo podía ver el movimiento del trasero de la mujer que hacía al poner la ropa de una canasta en la otra, Grayfia solo seguía ordenando la ropa hasta llenar su canasta.