16 | Nervión

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𝐋𝐞𝐚𝐡.

—Mira,tú lo que eres es un gilipollas corrupto,que desde que perdisteis la final contra Marruecos estuviste re dolido y me ignorabas por la cara nene,y no me vengas con las excusas que ponen siempre eh. Muy bien que tengas novia,pero,¿donde quedaron tus "te voy a esperar siempre Leah"? Tú sabías que yo creía a en amor y aún así me enamoré de ti. Ahora lo que hago es creer aún menos y tener menos expectativas en él. Que te vaya bien con ella,pero cuando estés mal,no me busques,no estaré para ti —finalice.

—Leah,yo me cansé de esperar.

—Que me la suda Gavi —espeté.

—Yo te deseo lo mejor siempre,y después de eliminarnos del mundial... Me sentí fatal,no hablaba apenas con nadie.

—¡Esos no eran motivos para tratarme como me trataste Gavira! ¡Yo no tuve la culpa! —me defendí.

—¡Lo sé! Y cuando volví solo quise desconectar y surgió con Nayara —me dijo el alzándose de hombros y yo reí sarcástica.

—Me dijiste... Nada,mejor me callo.

—Joder, yo te esperé Leah,pero me cansé.

—¿Sabes que? Me gustas y intente dar un paso más,pero tú me ignoraste como a la pared,ya no me vengas con vainas,me voy.

—¡No! No te vayas... —me agarró del brazo.

—No me toques —me quite su mano y vi el tatuaje que se hizo por mí,miré sus ojos y luego devolví la vistas al tatuaje. —Me voy, no tengo ganas de verte.

|...|

—¿Me habéis traído de sujetavelas o que? —le pregunté a Pedri y a Savanna que se estaban besando en el metro.

—No hombre —me paso mi hermana su brazo por mi hombro riendo.

—Tantos besitos,que os vais a gastar la saliva —dije poniendo una cara de desagrado y Pedri se rió.

Nos bajamos en la parada de metro correspondiente y llegamos hasta el centro comercial de Nervión plaza.

—¡Que guay eso de la nieve! —exclamó mi hermana señalando un cañón de nieve artificial.

—Ostia,ya ves tú chacho,es enorme —sé empatizo su novio.

—Vamos a acercarnos —dije.

Nos acercamos y el cañón se activó de nuevo dejándome el pelo lleno de pequeños círculos de espuma.

—Por gilipollas —me tiro Pedri un montón de espuma en el pelo que tenía acumulada en su manos.

—Yo te mato Pedro —dije riendo.

Mi hermana estaba a su bola haciendo fotos.

Estuvimos un rato viendo el cañón hasta que a Savanna se le ocurrió ir a comer crepes.

Luego de merendar fuimos a las afueras del centro comercial, que habían unos puestos de ropa,figuras navideña...

—¡Vamos a comprarnos esto los tres! —dije señalando a unos gorros de papá Noel.

—Vale —dijo mi hermana sonriendo.

Compramos los gorros,nos los pusimos y nos saqué una foto.

Pasamos una súper tarde juntos los tres y llegamos demasiado tarde a casa.

𝐌𝐢 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐩𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 || 𝐏𝐚𝐛𝐥𝐨 𝐆𝐚𝐯𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora