II

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El chico me miraba demandante y con cara de pocos amigos.

—Vamos, Hazel, te llevo —dijo, cambiando su expresión a una sonrisa, y yo reí.

—Oye, Mackenyu, te he dicho lo mandón que eres a veces —respondí, abriendo la puerta del copiloto y acomodándome a su lado.

—Sí, y así me quieres —dijo él, acomodando sus lentes de sol y mirando hacia adelante mientras yo terminaba de ponerme el cinturón de seguridad.

—Y bien, caracola, ¿qué tal te fue en la práctica?

—Primero que todo, buenos días. Segundo, deja de hacer eso, ayer te dije que no era necesario que vinieras por mí —dije, golpeándolo en el brazo.

—Y yo te dije que vendría igual. Además, sabía que estarías esperando el autobús —me miró de reojo.

—Ushhhh, de acuerdo. Respecto a tu pregunta anterior, fue agotador. Bada es tan intensa como me habían dicho.

—Entonces, al departamento y a descansar. Te haré de comer, mi caracola.

—No es necesario.

—Claro que lo es, aún estás en crecimiento —dijo con burla.

Fukushima Mackenyu, mi mejor amigo, me conoció por casualidad. Era tres años mayor que yo, japonés, y nos conocimos un día en la piscina de la universidad. Ambos estábamos en la selección de natación y a él se le rompió su gorra. Le presté una y, desde ese momento, ha sido inseparable de mí. Éramos roomies desde hace un año y medio. Vivíamos en un apartamento un tanto pequeño pero lo suficientemente grande para los dos. Cada uno tenía su habitación y compartíamos el resto de las áreas comunes, incluyendo el baño, lo cual a veces creaba momentos incómodos.

Una vez en el apartamento, me fui directo a la ducha; sentía que apestaba.

Una vez lista, me fui directo a mi habitación y me puse algo casual. Tenía que ir a la universidad después de comer y sabía que Mackenyu iría a dejarme, es como mi Uber personal, aunque él también tenía clases en la tarde.

—¡¡¡Enana, la comida está lista, ven a comer antes de que se enfríe!!! —escuché al chico gritar desde fuera de mi habitación.

—¡¡¡Ya voy!!! —salí de la habitación y me dirigí al pequeño comedor. La mesa estaba puesta con dos platos de lasaña. En el centro había una fuente con ensalada, los vasos, y una botella de jugo. Este chico es todo un detallista.

—Bien, come antes de que se nos haga tarde.

—Sí, mamá —me reí. El chico me miró mal y comenzó a comer.

Nuestro almuerzo pasó tranquilo. Yo me encargué de lavar los trastes y ordenar mientras él se cambiaba para ir a la universidad. Una vez listos, salimos rumbo a la facultad. Él estudiaba pedagogía en inglés, así que íbamos al mismo edificio pero a diferentes clases.

—Okay, enana, nos vemos después y avísame cuando termines tus clases —el chico se me acercó y depositó un beso en mi frente.

—Sipis, nos vemos después, grandulón —le sonreí y me dirigí a mi aula.

Mis clases pasaron rápido, afortunadamente, así que me dirigí a la biblioteca. Mackenyu usualmente me esperaba allí. Saqué mi celular y le envié un texto, aunque también tenía un mensaje de un número desconocido.

"Hola Hazel, soy Bada. Mañana el ensayo será más temprano; debes estar media hora antes. Nos vemos, pequeña."

Agendé su número y le respondí: "Gracias por avisarme, nos vemos Bada-shii ^^."

You're looking for a Girlfriend? | Bada LeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora