Es difícil pensar que un día tu padre o madre ya no estarán contigo. Es difícil creer que, en algún momento, ellos se irán y solo vivirán en los recuerdos.
Mackenyu estaba sentado, mirando por la ventana. Su mirada parecía perdida entre las luces de Tokio al anochecer. Me acerqué a él sigilosamente y apoyé mi mentón en su hombro. Él dejó de mirar por la ventana y me miró directamente. Sus ojos estaban hinchados y rojos de tanto llorar. Mis manos tomaron su cara suavemente, dejando una caricia ligera en sus mejillas.
-Debemos cenar, Yuyu -dije suavemente, esperando una respuesta positiva.
-No tengo hambre -dijo con voz apagada. Volvió a girarse hacia la ciudad, su mirada vacía.
-De acuerdo, pediré algo de cenar a la habitación y te dejaré solo si quieres -mi tono fue igual de suave. Él se giró a mirarme cuando escuchó esto.
-No quiero estar solo, Haze. No me dejes solo, por favor -su voz temblaba, suplicante. Sus ojos reflejaban una vulnerabilidad que pocas veces había visto.
-No lo haré. Siempre estaré a tu lado -le respondí con la misma suavidad. Sus brazos se aferraron a mi cintura y comenzó a sollozar. Lo sostuve con firmeza, sintiendo su dolor a través del abrazo.
Los golpes en la puerta interrumpieron el abrazo, anunciando que la comida había llegado. Me separé lentamente de él y abrí la puerta. Un carrito con comida estaba frente a nosotros, y después de que el camarero se fue, llevé la comida a la mesa.
-Mackenyu, ven a comer. No estás bien, y necesitas alimentarte para estar saludable -dije, tratando de hacerle entender que debía cuidarse. Con un esfuerzo, él se acercó a la mesa y comenzamos a comer en silencio.
Los días pasaron y lo inevitable ocurrió: el padre de Mackenyu falleció en la madrugada del 15 de diciembre. El funeral fue oficiado en privado, una ceremonia íntima que reflejaba tanto tristeza como alivio. La pérdida era profunda, pero el sufrimiento del señor Isumi había terminado. La madre de Mackenyu, aunque con el corazón roto, parecía encontrar consuelo en la idea de que su esposo estaba descansando en paz. Mi amigo, por su parte, seguía lidiando con una constante lucha interna. Cada conversación con él terminaba en lágrimas, y yo lo consolaba cuantas veces fuera necesario. Me convertí en una observadora silenciosa, comunicándome con Bada todos los días, sintiendo su falta y anhelando su apoyo.
-Bien, Yuyu, estoy lista. ¿Te ayudo a empacar? -le ofrecí. Mackenyu me miró y asintió. Nos pusimos a trabajar en las maletas y, una vez que estuvimos listos, llamamos a Satoshi para que viniera por nosotros. La madre de Mackenyu y su hermano nos esperaban para llevarnos al aeropuerto. Regresaríamos a Seúl, y Bada estaría esperándonos.
-Por aquí, señor Mackenyu -Satoshi apareció, tomando nuestras maletas y llevándolas al auto.
-Mackenyu, Haze, por aquí -la voz de Hisashi nos sacó de nuestro ensimismamiento. Se acercó con una sonrisa triste.
-Supongo que nos veremos pronto -dije, tratando de mantener el tono positivo.
-Sí, los visitaré pronto, quizás en primavera -Hisashi sonrió débilmente.
-Cuida a mamá, por favor. Ella necesita mucho apoyo -le pedí, y los chicos se abrazaron con un dolor palpable.
-Mamá nos espera en el aeropuerto, así que vamos -nos dirigimos al auto en silencio. El viaje al aeropuerto fue tranquilo, una pausa antes del regreso a la realidad.
Al llegar, nos encontramos con la madre de Mackenyu.
-Señora Fukushima, lamento que nuestro reencuentro sea en estas circunstancias, pero quiero que sepa que siempre estaré apoyándola a usted y cuidando de Mackenyu -le dije con sinceridad. Ella sonrió suavemente.
-Lo sé, querida Haze. Estoy eternamente agradecida por todo. Cuida bien de mi Mackenyu.
-Así será -le sonreí y hice una reverencia.
-Hisashi, cuídate mucho. Nos veremos pronto.
-Igualmente, Haze. Cuídate y nos vemos -nos abrazamos brevemente. Mackenyu estaba abrazando a su madre y luego a su hermano. El señor Satoshi nos indicó que debíamos pasar por seguridad. Se encargó de facturar nuestras maletas, y nosotros nos dirigimos a los controles del aeropuerto.
-Vuelo 678, en dirección a Seúl, Corea. Embarcar por la puerta B24 -el altavoz nos informó sobre el embarque. Finalmente, estábamos regresando a Corea después de dos semanas llenas de emociones encontradas y tristeza.
El vuelo fue tranquilo, con solo algunas turbulencias menores. Mackenyu durmió durante la mayor parte del viaje y se despertó al aterrizar.
Eran las ocho y treinta y cinco de la mañana cuando aterrizamos. Al bajar del avión, fuimos a recoger nuestro equipaje. El sonido de mi celular me alertó de una llamada.
-¿Cielo? ¿Por dónde saldrán? Les estoy esperando -la voz de Bada resonó con una mezcla de emoción y ansiedad.
-Hola, cielo. Vamos caminando. Saldremos por la puerta inferior.
-Perfecto, les estaré esperando allí -dijo, su voz llena de ternura.
-Nos vemos en unos momentos -respondí con una sonrisa. Mackenyu iba a mi lado, y una leve sonrisa en su rostro indicaba un pequeño signo de normalidad.
-Veo que estás un poco más animado hoy. Eso es bueno -le dije, notando el cambio en su actitud.
-Sí, es bueno que tu novia venga por nosotros. Me imagino que está desesperada por verte.
-La haces parecer una loca. O sea, sí lo es, pero no tanto.
-Nunca dije que era una loca, solo que me alegra que venga.
-Sí, sí, quizás dije eso, pero es tan linda... ayyy -sentí cómo mis mejillas se ruborizaban, y él rió suavemente.
-Oh, mira, ahí está ella -dijo señalando. Al pasar por la puerta, la vi. Bada se acercó con una sonrisa amplia y me abrazó fuertemente.
-Finalmente, mi amor, ya estás aquí -sus palabras hicieron que me sonrojara más mientras me escondía en su pecho.
-Finalmente estamos juntas, amor -dije suavemente, y ella rió. El abrazo nos dio un consuelo necesario y nos preparó para enfrentar el siguiente capítulo con renovada esperanza.
💖
Sí ya sé andaba desaparecida, pero aquí el nuevo capítulo, mi trabajo me absorbe y no he tenido mucho tiempo, demoró mucho este capítulo pero aquí está, espero les guste.
Pd. Perdón por las faltas de ortografía o tipeo, les juro que intento mejorar esos detalles.
Gracias por su paciencia y por leer 🙆🏽♀️💕✨
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You're looking for a Girlfriend? | Bada Lee
FanfictionTe quiero para mí. Y yo te quiero a ti. Bada Lee, la quería y haría lo imposible por ella. Hazel Fukui, solo tenía ojos para ella.