XII

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Bada estaba acostada a mi lado, acariciándome suavemente la cintura descubierta. Había levantado ligeramente mi polera para que su mano pudiera rozar esa zona de manera delicada. La luz tenue de la lámpara de noche creaba un ambiente cálido y acogedor que contrastaba con el frío exterior.

Nuestra relación había florecido en los últimos meses, aunque el principal obstáculo seguía siendo nuestra falta de tiempo juntos. Nos costaba coincidir con nuestros horarios ocupados, pero cada vez que podíamos vernos, aunque solo fueran 15 minutos, esos momentos se convertían en pequeños oasis de felicidad. Bada me tenía enamorada; su comprensión y su atención me hacían sentirme afortunada.

—Cielo, ¿en qué piensas? —su voz suave me sacó de mi trance, y me giré para mirarla. Sus ojos brillaban con un destello de curiosidad y ternura.

—En ti y en lo mucho que te amo —respondí, sintiendo que mis mejillas se sonrojaban ligeramente. Ella rió suavemente, y su risa era como un bálsamo para mi alma. Me acercó para besarme, y su contacto era el mejor consuelo que podía recibir.

—Sabes, he estado pensando que quizás podríamos vivir juntas... —mi boca se abrió en un "o" de sorpresa, y mi mente comenzó a procesar la información a toda velocidad.

—Yo-y-y, oh Dios, ¿es en serio? —su risita nerviosa apareció, y luego asintió con la cabeza, dándole más peso a sus palabras.

—Jamás había hablado tan en serio como ahora. ¿Qué dices? —su mirada estaba llena de sinceridad y amor, y me hizo sentir aún más especial.

—Oh, esto, yo-y-y debo hablarlo con Mackenyu. No puedo abandonarlo así como está —ella rió, y su risa fue contagiosa.

—Lo sé, sabía que me dirías eso. De hecho, estaba pensando en que viviéramos los tres. Mackenyu podría ser nuestro "hijo" o el "perro", como tú quieras en este intento de familia. —Reí ante su comentario, la imagen de nuestra peculiar "familia" me hacía sonreír.

—¿Hace cuánto lo vienes pensando? —la miré curiosa, y ella sonrió de lado, su expresión se volvió más reflexiva.

—Desde que te fuiste a Japón con Yuyu. Sabía que, al volver, estarías más pendiente de Mackenyu, y no te culpo. De hecho, admiro lo mucho que lo has cuidado y acompañado en el proceso de perder a su padre. Creo que eso me hizo enamorarme aún más, porque, a pesar de todo, jamás te alejaste o me dejaste de lado. Siempre me tuviste presente y me hiciste parte de ese proceso también. Sé que no ha sido fácil para ninguno de los dos. Además, hubiera sido muy injusto de mi parte hacerte elegir entre él y yo. Por eso estuve pensando en lo mucho que me gustaría estar más tiempo contigo y acompañarte en todo este proceso a tu lado. Y me hice la siguiente pregunta: ¿Y si vivimos juntas? Pero Mackenyu no puede quedarse solo, y menos ahora, por lo que pensé que vivir los tres sería una buena idea. Además, sería divertido, y los gastos serían más económicos y fáciles de llevar.

—¿Realmente vivirás con mi mejor amigo solo para que yo viva contigo? —la miré divertida mientras alzaba una ceja, mi mente aún procesando la magnitud de la propuesta.

—Sí, es que estoy perdidamente enamorada de ti y ya no tengo salvación. Si tengo que vivir con tu mejor amigo y contigo, para que específicamente tú duermas conmigo todas las noches, estoy dispuesta a eso y a mucho más.

—Oh Dios mío, Bada Lee, eres una romántica dispuesta a todo por mí —dije con un tono engreído. Mis mejillas estaban aún más rojas por toda la situación; esta chica me tenía en el cielo.

—Es el efecto que tienes en mí —se acercó a mi cara y me besó tiernamente. Sus labios en los míos eran un recordatorio constante de lo afortunada que era de tenerla a mi lado.

You're looking for a Girlfriend? | Bada LeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora