III

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Me encontraba frente a la puerta de cristal otra vez. Mi respiración se agitó cuando vi a Bada bailando; al parecer, era la primera en llegar a la sala de ensayos.

Entré en la sala y caminé sigilosamente hasta que Bada terminó. Dejé mis cosas en un rincón y dirigí mi mirada hacia ella. Bada me vio y mostró una media sonrisa.

—Buen día, Hazel —dijo una vez que había terminado. Su voz sonaba entrecortada mientras regulaba su respiración, pero aun así me dirigió una sonrisa.

—Hola, Bada —le sonreí de la misma manera.

—Hazel, las demás vendrán más tarde. Quería enseñarte algunos movimientos y reforzar otros de la coreografía de ayer. Espero no te moleste pasar más tiempo conmigo —la chica me miró directamente y dio un paso hacia mí.

—Yo, amm, no te preocupes. No tengo problema en mejorar mi técnica y estar más tiempo contigo —ella sonrió ante mi respuesta y se acercó aún más. Nuestros cuerpos estaban separados solo por un paso de distancia y ambas sosteníamos la mirada, pero ella la cortó.

—Bien, comencemos. Practicaremos la coreografía de ayer y veré tu técnica, pero primero debes calentar —comencé con mi calentamiento básico y, luego de un rato, Bada me dio instrucciones de cómo hacerlo. Una vez lista, comenzamos a practicar la rutina.

—Haze, en esta parte debes hacerlo con más fuerza, mira —la chica hizo el movimiento y yo lo repetí.

—Eso, ahora lo practicaremos con música —ambas comenzamos a seguir el ritmo de la música. Esta vez lo hice como ella me dijo. Después de hacer la parte que ella quería que viéramos, paró la música otra vez.

—Lo has hecho genial, Haze. Ahora quiero que veamos un movimiento más —yo solo asentí con mi cabeza. Ella me enseñó el movimiento y lo repetí.

—¿Crees que debo hacer más delicado el movimiento de las manos? —le pregunté. Bada se puso detrás de mí.

—Es así, Haze —la chica tomó mis brazos con sus manos y yo me dejé guiar por ella. Comenzó a hacer los movimientos, pero esta vez eran mucho más delicados.

La cercanía que teníamos en ese momento me tomó desprevenida. Ella, después de terminar de ejecutar el movimiento, dejó sus manos reposando en mis hombros.

—¿Ves, Haze? Es delicado —dijo suavemente. Sentí cómo mi espalda se erizaba al oír su voz tan cerca de mí.

—Sí, ya veo —mi voz salió casi en un susurro y titubeé al responderle. Ella solo sonrió y sacó sus manos de mis hombros, para dar un paso a mi lado.

—Bueno, repitámoslo. Esta vez yo te veré hacerlo y después lo haremos juntas —volví a asentir y sentí cómo ella empezó a contar los tiempos.

Mi cuerpo empezó a moverse siguiendo la voz de Bada. Me concentré en darle énfasis a los movimientos que ella me había indicado. Una vez terminó la cuenta, dirigí mi mirada hacia ella.

—Estuvo genial. Esta vez lo haremos con música y lo grabaré, ¿de acuerdo?

—Sí, no hay problema.

La chica sonrió y puso su celular en un punto estratégico. Luego se acomodó a mi lado y le dio play a la música con un pequeño control que guardaba en su bolsillo.

Ella comenzó a contar y ambas empezamos a movernos. Cambiamos de posición, quedando en espejo. Ambas hacíamos los mismos movimientos. Luego cambiamos otra vez, quedando de manera paralela. La secuencia terminaba cuando yo ponía mi mano en el hombro derecho de Bada.

Una vez terminamos, Bada paró la música y me miró.

Yo aún sujetaba su hombro mientras regulaba mi respiración. Ella se dio la vuelta para ahora tomarme de ambos hombros, mirándome y repitiendo:

You're looking for a Girlfriend? | Bada LeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora