IV

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De tan solo pensar en Bada, me ruborizaba, y se supone que ahora debo ayudarla a crear una coreografía en pareja.

Sacudí la cabeza para sacar esos pensamientos. Debía dejar de pensar en ello para poder afrontar mejor la situación, aunque ahora ya tenía sentido la mirada de Mackenyu.

Salí de la academia en camino a la cafetería que estaba al lado. Necesitaba un café y un pastelito, quizás no quitarán a Bada de mi cabeza, pero harían mi vida más deliciosa.

Me pedí un capuchino y un croissant con chocolate, y le compré un americano helado con un croissant simple a mi amigo. Hoy vendría por mí directamente a la academia y sé que a este chico le gustan los americanos fríos por la mañana. Mínimo, debía comprarle un café y un pastelito por ser mi Uber personal. Sentí que mi celular vibraba y supuse que era Mackenyu avisando su llegada.

Yuyu 🔪 
—Enana, estoy afuera.

—Ya voy, espérame un poquito.

Yuyu 🔪
—Bueno, estoy estacionado justo afuera.

—Okis, gracias Yuyu, tu espera será compensada jeje 🐙

Guardé mi celular en el bolsillo cuando la chica me llamó y me pasó mi pedido. Le agradecí y salí de la cafetería. Justo como había dicho, Yuyu estaba afuera estacionado. Cuando me vio, sonrió y salió del auto para ayudarme con las cosas. Si bien no eran muchas, él siempre es muy atento.

—Enana, te he dicho lo mucho que te quiero —tomó la pequeña bandeja que llevaba los cafés y sonrió.

—Lo sé, nene, lo sé —le sonreí y nos dirigimos al auto. Una vez adentro, nos acomodamos y cada uno tomó su café. El chico echó a andar el auto y comenzamos el viaje a nuestro apartamento. Hoy debía ir a trabajar. Como era estudiante de pedagogía en educación física, había conseguido un trabajo dando clases de natación a niños pequeños en un club. Aunque antes de eso, tenía que ir a una clase en la universidad y luego a trabajar. Daba clases tres veces a la semana y me pagaban de manera mensual. Yuyu, por otro lado, trabajaba en la universidad dando ayudantías a chicos de las generaciones más jóvenes y además trabajaba los fines de semana en una pequeña tienda de conveniencia que estaba al lado de donde vivíamos. Con lo que ganábamos ambos, nos alcanzaba para nuestros gastos personales y los extras. Ambos teníamos becas por ser alumnos extranjeros, las cuales nos cubrían el alojamiento, la comida y gastos comunes.

A Yuyu, sus padres le regalaron el auto para que le fuera más fácil moverse por la ciudad. Aunque, bueno, su familia tenía bastante dinero. Era el hijo de un importante empresario japonés, pero no le gustaba abusar de sus padres, por lo que la única ayuda que aceptó de ellos fue el auto. Su padre no estaba de acuerdo con que su hijo estudiara pedagogía, pero finalmente lo apoyó.

—¿En qué piensas? —la voz del chico me sacó de mis pensamientos.

—No en mucho. Estaba pensando en lo que tenía que hacer en el día —bebí de mi café y él solo asintió a mi respuesta.

—Entonces, pasando a otro tema, ¿cómo te fue con Bada hoy? —me miró rápidamente mientras movía las cejas de arriba hacia abajo.

—Bien, me ayudó a mejorar mi técnica y ahora debo ayudarla a hacer una coreografía en pareja, lo cual me pone los nervios de punta —le admití. El chico solo rió.

—Mmm, qué conveniente. De todas las chicas que hay en el grupo, te pidió ayuda a ti, la más nueva. ¿No crees que es sospechoso? —el chico frenó ante la luz roja y me miró.

You're looking for a Girlfriend? | Bada LeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora