La vida en la nueva casa se había acomodado en una rutina, aunque no sin algunos tropiezos. La adaptación a la convivencia con Yuyu y Bada tenía sus desafíos, pero también momentos de felicidad compartida. Las pequeñas discusiones dieron paso a un entendimiento más profundo de nuestras personalidades y necesidades.
Era un sábado por la mañana cuando me desperté con un zumbido en el oído. Abrí los ojos lentamente y vi a Bada, todavía acurrucada a mi lado. En la sala, escuchaba el sonido de los pasos de Yuyu, quien ya estaba en movimiento. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas, prometiendo un día brillante.
—Buenos días, amor —le susurré a Bada, acariciando su cabello. Ella se estiró y me dio una sonrisa somnolienta antes de girarse para darme un beso en la mejilla.
—Buenos días, cielo —respondió, aún con la voz rasposa del sueño. Se incorporó y comenzó a preparar el desayuno. Decidí seguirla, atraída por el aroma del café recién hecho y los pancakes que estaban en la sartén.
En la cocina, Yuyu ya estaba sentado a la mesa, con una taza de café en la mano y una expresión de concentración mientras leía un libro en inglés.
—¡Buenos días, Yuyu! —dije, tomando asiento junto a él.
—¡Buenos días! —respondió con una sonrisa, aunque su atención seguía en el libro. Bada sirvió los pancakes y se unió a nosotros, llenando la mesa con una variedad de frutas y jarabes. La conversación matutina fue ligera y agradable, con todos intercambiando anécdotas y planes para el día.
—Hoy quiero ir al mercado a comprar algunas cosas para la casa —dijo Bada, mirando a Yuyu—. ¿Te gustaría venir con nosotros?
—Claro —respondió Yuyu, finalmente levantando la vista de su libro—. Siempre es bueno hacer una pausa de los estudios.
—Genial —dijo Bada con entusiasmo—. Así podremos elegir juntos los muebles para el patio.
Después de un desayuno satisfactorio, nos preparamos para salir. La mañana estaba despejada y el clima perfecto para pasar tiempo fuera de casa. Nos dirigimos al mercado local, un lugar vibrante lleno de colores y aromas. Mientras explorábamos los puestos, Bada y Yuyu se encargaban de seleccionar frutas y verduras frescas, mientras yo me distraía con las ofertas en utensilios de cocina y decoración.
—Mira este jarrón —dije, sosteniendo un jarrón de cerámica colorido que había encontrado en un puesto—. Creo que sería perfecto para la sala.
—Es muy bonito —comentó Bada, acercándose para examinarlo—. ¿Te gusta, Yuyu?
Yuyu asintió con una sonrisa.
—Sí, me gusta. Creo que le dará un toque alegre a la sala.
Con el jarrón en la cesta y varias bolsas de frutas y verduras en las manos, nos dirigimos a un café cercano para tomar un descanso. Nos sentamos en una mesa al aire libre, disfrutando de un café helado y unas galletas recién horneadas.
—Esto es justo lo que necesitábamos —dijo Yuyu, tomando un sorbo de su café.
—Sí, y gracias por venir con nosotros —añadió Bada, mirando a ambos con gratitud—. Me alegra que estemos encontrando tiempo para hacer cosas juntos.
—No hay de qué —dijo Yuyu—. Me alegra estar aquí con ustedes.
Las conversaciones fluyeron de manera natural, y el ambiente era relajado y alegre. Sin embargo, al regresar a casa, la sensación de armonía se vio interrumpida por un pequeño contratiempo.
Cuando llegamos, nos dimos cuenta de que el grifo de la cocina estaba chorreando, la llave había explotado. Bada y yo intercambiamos miradas preocupadas.
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You're looking for a Girlfriend? | Bada Lee
FanfictionTe quiero para mí. Y yo te quiero a ti. Bada Lee, la quería y haría lo imposible por ella. Hazel Fukui, solo tenía ojos para ella.