1.La amenaza que acabó con todo

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Asuna decidió no darle más el gusto a su madre de permitir verla completamente frustrada por no poder hacer nada para llevarle la contraria a su nefasta decisión de cambiarla de instituto,y mucho menos a la idea de alejarla de Kirito por no verlo "adecuado" para ella.


¿Que sabrá ella?Kirito era mucho mejor que cualquiera de esos asquerosos trepas que la devoraban con los ojos en la reunión familiar,no se sabe si por su dinero o por su cuerpo.En ambos casos,Asuna les alejó con toda la educación que pudo mostrar y se mantuvo distante de cualquiera de ellos.


Cuando regresó de Kyoto,una inmensa felicidad inundó su corazón al ser recibida por un cálido abrazo de su novio y una hermoso festejo por parte de sus amigos en su querida cabaña de Villa Coral.


Puede que no fuera ni la mitad de elegante que esas molestas cenas a las que estaba obligada a ir,pero para ella era infinitas veces mejor compartir una simple merienda con esas queridas personas que le brindaban todo el amor y el cariño que sentían hacia ella que la mejor cena en el mejor restaurante de gourmet del mundo.


Kirito y los demás eran las personas que la ayudaban a mostrar una delicada sonrisa diaria para mostrar cuan agradecida estaba de su compañía y de lo afortunada que se sentía al haber desobedecido a su madre en aquella ocasión al entrar al cuarto de su ausente hermano para robarle su nuevo videojuego Online.


Asuna,tras mantener esas últimas palabras referentes a sus abuelos contra su madre,haciendo enfurecer,subió a su habitación sin darle el placer de gritarle más de lo que lo había hecho.

Se metió en su habitación,su pequeño espacio personal que la aislaba de todo lo que le hacía daño,solo en compañía de su medio de comunicación con sus amigos,el Amusphere.


Tomó su móvil en la oscuridad de la moderna habitación,observando con ojos llorosos la imagen de un joven vestido con ropas negras y una joven de larga cabellera mandarina y hermoso abrigo blanco,ambos sonrientes y muy pegados el uno al otro.

Fue tan feliz aquel día,su cita en el grandioso parque de Tokio,al que esperaba regresar con los demás en primavera.


-Kirito-kun...-murmuró,observando la tierna sonrisa del muchacho en su móvil.-No soy fuerte para nada...-susurró al recordar las dulces palabras del Kirito de SAO,justo antes de la batalla contra el boss del piso 75-Asuna,el Destello veloz de los Caballeros de la Hermandad de la Sangre...se ha ido...


La pantalla de su móvil se tornó oscura,pasados los segundos de inactividad del aparato,apagándose la pantalla automáticamente y con ello extinguiéndose la única luz que iluminaba su demacrado rostro.


-La Asuna real es una persona indefensa...


A raudos pasos,Kyouko entró atropelladamente en la habitación de su hija,acercándose a ella con una expresión furiosa y cruzando la blanca cara de la muchacha de cabellos naranjas de un solo movimiento,obligando a Asuna a caer con un sonido sordo encima de su cama.


-¡¡NO TE PERMITO QUE ME HABLES DE ESA MANERA ASUNA!!-echó en cara el comportamiento anterior de su hija.


Asuna se incorporó,sobándose la mejilla herida.


aléjateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora