XVIII. Hiperión

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¿Acaso existe el sol?
Pues tu eres diez mil soles.
Me quemas, me abrasas
en un segundo, no, menos.

Me cegas con tu luz,
y en medio de tinieblas
de la noche más oscura
paseo confiado de tu mano.

Tienes todo,
¿qué puedes desear?
Tienes todo en el mundo,
incluso mi amor.

Y ya nada queda en mi,
pues todo te llevaste ya.
No quedo más que yo,
esperando a que me lleves.

Pues si todo lo eres,
todo te pertenece
y si todo tuyo es,
yo también, cariño,
debo serlo con certeza.

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𝑬𝒍 𝑨𝒓𝒄𝒉𝒊𝒗𝒐 𝒅𝒆 𝑳𝒂𝒔 𝑭𝒖𝒓𝒊𝒂𝒔 𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora