XII. Hibris/Prometeo

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Tu gris se vuelve oro,
tu pincel sin más pintura;
tu silencio un raro coro
y un momento, amargura.

Tus pasos, lento minuto
y suspiros, más preguntas.
¿Dudas ya si yo disfruto
cuando tu mirar me apuntas?

Te quedas lejos, a menudo
y al acercarte, retrocedes.
Dices que me quedé mudo
pero mi voz leer no puedes.

Pues si la dicha no es eterna
menos será este momento,
ya tu piel me tiene enferma
y alergia hay en tu cuento.

Si en mis sueños yo te veo
capaz lejos te ahuyento.
Por la noche, Prometeo:
así de estúpida me siento.

El creer me es escaso,
tu presencia me azora
y de repente, estás a un paso
y el invierno no demora:

Que mis huesos se reactiven
que las horas pasen lento
y tu voz se reanime
en un fingir violento,
que mi deseo te atine
y que tus labios maten tiempo.

Que tus ojos sean presas
del ardor, del sufrimiento
para que cierren cuando besas
si le quitas sentimiento.

𝑬𝒍 𝑨𝒓𝒄𝒉𝒊𝒗𝒐 𝒅𝒆 𝑳𝒂𝒔 𝑭𝒖𝒓𝒊𝒂𝒔 𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora