De una entrega de poesía a una saga lírica recopilada, El Archivo de Las Furias introduce a la escena los sentimientos y temáticas dentro de la mente del autor, añadiendo además algunos escritos en relación a los contenidos de la historia, que ha ll...
¿Serás tú mi sombra aún en la oscura noche? ¿Me dirás que lo mantendremos incluso si no estás?
Escúchame, tú, amor mío. Luz de mi mañana, amor que culpable hace al enamorado tuyo que con fervor te adora.
Tú, el blanco donde mi flecha, sí, la hija del carcaj de mis labios apunta con sus palabras y sin falta acierta, así el arco se tense en medio de un huracán.
Te he buscado hasta en mi retina y desapareces cómo el tiempo desaparece mi juventud, yo muero contigo y sin ti.
¿Dormitarás en mi pecho? ¿Rozará mi rostro tus dedos? Ahora, con una orden tuya yo me evaporo, me incinero y me fundo en tu cuello cómo collar de rubíes.
Somos uno y a la vez nada, pero nada somos sin tres: tú y tu voz que me llaman y yo que te persigo sin parar. ¿Curaras las manchas negras que oscurecen tu retrato?
Si es así, yo prometo arrancarme los nervios y dejar que tú sientas por mí. Tus venas son mis venas, mis arterias están llenas de ti.
Cómo un hueso que me falta, cómo un poema incompleto, tú me faltas cómo lluvia al caer atardecer.
Delicada y dulce, mi bella, fragancia de mar, de libertad, vuélvete y encuentrame rodeando tu cintura con mis manos y junta tu pecho con el mío. Que el latir no te asombre si acelera y que el tiempo se expanda, intangible.
Porque el invierno es un verano que aún no llega y mi corazón en tus manos cuidado está, rodeado por un cristal.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.