Mi querido candidato.

Capítulo 6

"¿Amor? No, eso es una total broma. No quiero saber de aquel sentimiento que se impregna dentro del corazón de las personas y las hace tan débiles. Les consume por dentro hasta el punto en el que sientas que no puedes respirar sin esa persona. Cuando no les funciona su conexión amorosa y terminan devastados. Sufriendo por la pérdida de otros seres que los denominan amados o amadas, acaban llorando y pidiendo a gritos que vuelvan a estar juntos mientras están ignorando por completo el dolor que les han dejado en su pecho. El dolor cesará cuando llegue al punto en el que sus ojos se cansen de llorar y pierdan el brillo por completo, cuando su corazón caiga rendido al pensar en el que volverá y solo quedarán todos y cada uno de sus recuerdos. Los cuales se repetirán vividamente dentro de sus pensamientos. Rehusándose a saber de aquél ser que algún día les robó el aliento al solo verla acercarse, perdiendo las ganas de saber de él o ella y negando por completo sus sentimientos que han sido destrozados. Obligándose a sí mismos a apagar cada latido de su corazón cuando escuchan su nombre, sonreír será su pesar al rememorar que esas sonrisas le pertenecían a quién había logrado ser su motivo."

-

-

-

No sabían si minutos habían pasado desde el momento en el que Jan había conseguido esa cercanía con Daniel. No estaban incómodos, estaban calmados al verse. Lograron una paz que no podría ser descrita por ninguno. La pequeña tensión que sus labios estaban deseosos por romper,el cuerpo de Daniel había dejado por completo el temor, había abierto sus ojos poco a poco para encontrar el rostro de Jan con un leve sonrojo que solo pudo ser notorio a los ojos de Noboa, el brillo de sus ojos tampoco mentía, Daniel se percató que en los ojos de Topic solo estaba él. Él era el dueño de sus pensamientos, justo ahora solo eran ellos y nadie más. Ese momento tan íntimo les pertenecía solo a ellos. Era fascinante.

-Daniel... Yo, de verdad, por favor, permíteme conocerte un poco más, permíteme entrar a tu corazón y quedarme allí hasta que tú me lo permitas, no te presionaré, seré paciente todo lo que quieras, te esperaré lo que me pidas. Pero, por favor... Dame tu consentimiento. Déjame hacerte saber lo mucho que te tengo en mente y como me robas el sueño con solo estar en llamada contigo, autorizame ser parte de tu vida. -El silencio había sido roto, la voz de Jan era suave, el tono con el que se había expresado daba a notar lo mucho que quería pertenecer a la vida de Daniel, cada una de las palabras dichas por Jan era una caricia por completo al corazón de Daniel. Sus pensamientos gritaban a que cediera, cada uno de sus músculos estaban relajados al sentir como Jan abandonó el toque de su cintura para posicionarse en sus labios, acariciándolos como si fuera lo más frágil que pudiera haber tocado en toda su vida, sintió como la mirada de Jan estaba fija allí, en sus pomposos labios.

-No tenemos que tener algo justo ahora, podemos seguir siendo lo que somos ahora. Solo quiero que me conozcas más y así poder ser merecedor de estar en tu corazón. Puedes pensarlo todo el tiempo que quieras, jamás me cansaré de esperar tu respuesta pero estaría ansioso de saber si es o no es afirmativa. Mi corazón jamás se cansará de esperar por una respuesta tuya, Daniel Noboa. -La mirada de Jan había subido lentamente a los ojos de Daniel, había detallado su rostro y notó que era lo más lindo que pudo haber visto antes.

-Jan... Me has dejado absortó con tus palabras. -Daniel no sabía que decir, pero la mirada fija de Jan estaba haciendo que su corazón latiera con más fuerza y que hiciera que la pequeña lejanía que hubiera entre ellos se cortara, pero debía mantenerse consciente de los movimientos que haría. -Lo pensaré y tranquilo, tomaré la palabra de que sigamos siendo como hasta ahora. Y claro, me fascinaría seguirte conociendo aún más, sé que aún hay cosas que no sé de ti. Solo... Trata de ser paciente conmigo ¿Sí? - Jan vió como una sonrisa se depositaba en los labios que estaba acariciando y no pudo evitar sonreír también y gritar victoriosamente en sus adentros, lograría que Daniel sea sincero consigo mismo y haría que de solo ser una simple atracción pasara a ser el llamado "amor".

-Gracias, esperaré por ti todo lo que necesites pero... Justo ahora yo ¿Puedo ...abrazarte, Daniel?

 -Claro ¿Por qué no podrías? -Había soltado una leve risita que se le contagió a Jan. Sintió como sus manos rodearon su cintura para ubicar su cabeza en su cuello y aspirar el olor de Daniel. -¿Qué estás haciendo, Jan? 

-Pues abrazándote, tienes un olor realmente agradable. Podría morir aquí y sería tan feliz. Hacer esto con la persona que roba cada uno de mis suspiros y que es dueño de todos mis pensamientos se siente como un sueño. Quiero asegurarme de que esto es real, quiero saber que eres realmente tú y no un producto de mi imaginación, candidato.

-Jan... Puedes asegurarte todo lo que quieras, yo estoy aquí y soy real. Lo que estás haciendo justo ahora no es un sueño. 

-Lo sé y eso hace que mi corazón de latidos con tanta fuerza al punto de querer salirse de mí y querer fusionarse con el tuyo, estoy tratando de controlarme para que eso no pase Daniel. -Espetó Jan con una risa que hizo que el corazón de Daniel se acelerara y empezara a acariciar el cabello de Jan. -Ese toque, no dejes de hacerlo, por favor. 

-Tranquilo no lo haré... -Daniel pudo percatarse que el pelo de Jan era suave y que un olor agradable salía de allí. Las manos de Jan ejercieron un poco más de fuerza en ese abrazo. 

-Eres tan suave Daniel, no podría cansarme de esto jamás.