Mi querido candidato.

Capítulo 14

"-Papá ¿Es realmente necesario que yo esté aquí supervisando el negocio que harás con los Noboa? Quiero decir, tengo tareas que realizar y me has traído de Transilvania a Ecuador ¿Solo para que aprenda más? Llevo un semestre ¡Uno! -bufé en voz baja, quería retirarme. -¿Puedo irme?

-Ya te dije que NO, te quedarás aquí. Saludarás a Álvaro que está de candidato  a la presidencia e Isabel es la presidenta del Consejo Nacional de Competitividad, cerrar un negocio con ellos será nuestro acenso. Y por favor, se amable. Dijeron que traen a alguien consigo para que se guíe en el camino de los negocios así como te traje a tí. No estés de amargado.

Me enojé, tengo cosas que hacer y aún así me tiene aquí por puro gusto y por quedar bien. Estoy cansado, iba a protestar nuevamente hasta que ví como la puerta del restaurante se abría y mi padre se levantaba a saludar. Obligadamente tuve que salir y seguir los pasos de mi padre. Álvaro es muy educado y ni hablar de Isabel, le confiaría mi dinero y ella me entregará el triple, estaba asombrado.

-Estoy encantado de estar aquí, buenas tardes señor Topic. Un gusto conocerlo. -Un niño estaba saludando a mi padre.

-El gusto es mío Daniel, este es mi hijo, Jan. Bueno, los dejo jóvenes sonrió y se fue a la mesa nuevamente, me quedé con aquel niño observándome. 

-Tu nombre es Daniel... ¿Eres hijo de Álvaro? «Es bonito, tiene unos lindos ojos y su cara es...»

-Así es señor... -Lo miré incrédulo, me había llamado señor y solo tengo 19 años.

-Soy solo 4 años mayor que tú.

-Tengo 15...

-Perdóname quinceañerito -reí y miré como su cara se tornó roja del enojo, fue tierno. -Mira, eres una criatura al sonrojarte. Si tu asistirás a los negocios no será para nada aburrido.

Me acerqué para revolverle los cabellos de su cabeza, esto será interesante..."

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17/09/2023 05:00 Horas AM

El sonido de una alarma inundó la habitación, tuve la pequeña esperanza de que en algún momento se callaría para seguir durmiendo después de las energías que consumí el día de ayer junto a la preciosa persona que está acostada al lado mío, Reí y lo abracé más al notar que la alarma se había quedado en silencio hasta que volvió a sonar otra vez de manera insistente. Mis pensamientos regresaron y tuve que levantarme para cambiarme y partir a Guayaquil al cierre de mi campaña.

-Ey... Daniel, nos tenemos que ir ya. -Lo acaricié suavemente para tratar de despertarlo pero recibí quejidos de su parte. -También tengo sueño pero hoy es el cierra de campaña, anda ve a bañarte. 

-Solo unos minutos más, no pude dormir bien por culpa de alguien -reí. -Me duele todo.

-Está bien, tengo que asumir mi culpa. -Lo tomé en mis brazos y lo llevé a la ducha.

-¿¡Qué haces!? 

-Haciéndome cargo de lo que se me acusa, vamos. -Se sonrojó y se dejó llevar. Entré al baño y pasé a la ducha, su cuerpo estaba desnudo.

-¿Puedes hacerlo solo? -negó con la cabeza. -¿Aún te duele el cuerpo?

-No me puedo sostener, mi cuerpo caerá al piso si me sueltas...

-Tú no querías que parara. 

Reí y empecé a lavarnos a ambos, su cuerpo estaba lleno de marcas, me estaba tentando nuevamente, empecé a acariciarlo nuevamente hasta que su cuerpo reaccionara. Pasé mis manos jabonosas por su entrepierna y la agarré, recibí una mala cara de él pero solo sonreí y le dí un beso en su suave mejilla, a los segundos sus gemidos se apoderaron de la ducha. Me correspondió y dijo que solo lo haríamos una vez más y nos marcharíamos. Lo besé y volví a entrar en su caliente cuerpo para empezar a moverme una vez se había acostumbrado a mi gran tamaño. Salimos y nos vestimos me ofrecí a llevarlo, suspiró y me dijo que lo ayudara a subirse.