Capítulo 12

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-Por Dios... Sí, lo sé. Pero estoy ocupado justo ahora.

Escuché el tono de voz de Jan hasta la cocina, era gélida y arisca. No sabía si salir o no, siendo mi propia casa no tenía ánimos de salir. Me planteé varias veces en si asomarme así sea por unos instantes pero tenía el miedo presente de desilusionarme. Supongo que es memoria muscular, pero vamos, es mi casa.

«Solo me asomaré un leve instante para que no se percate de mi presencia y luego subiré a mi cuarto.»

-Ey... Ven aquí. -Entre susurros lo llamé para que se acercara, noté que alguien me observó desde la espalda. Supongo que son reflejos aprendidos desde mis servicios militares. Su cara estaba roja «tan lindo» así que hago la rápida suposición que no quería ser descubierto. Lo ví acercarse a mí, mi corazón latía con fuerza y no pude evitar sonreír. Pasé la mano que tenía libre por su cintura y empecé a acariciarlo cuidadosamente. Noté que aún estaba nervioso por haberle acariciado el falo. Me dió tanta ternura verlo de esa manera, tanto mi cabeza como mi corazón gritaba «bésalo, bésalo.» Hasta que un grito a través de esa llamada volvió a interrumpir lo que estaba por hacer.

 -"¡Jan al menos contesta! ¡Papá te quiere aquí hoy, no cuando se te antoje regresar!"

-Mara por favor, estoy ocupado... Estaré allí en la tarde.

-"No Jan, ni siquiera has subido el vídeo a tus plataformas."

-Puedo subirlo ahora y ya.

-"No, papá necesita que estés aquí para que puedas partir al estudio. También te necesito yo para que me des ideas para mi vídeo."

-Tardaré 2 horas en llegar a Guayaquil, más media hora en llegar a tu casa.

-"Son casi las 10 de la mañana, si te lo propones estarás aquí justo a las 12 y algo más. El regaño de papá durará máximo una hora por salir a las 4 y media de la madrugada de la casa sin dar una sola explicación o dar la dirección a donde te dirigías con tanta prisa y tan arreglado."

-Me bastó con el que me diste apenas conteste tu llamada y quizás tenga que dar unas cuantas explicaciones. -Le dí una sonrisa a Daniel mientras veía su cara sorprendida. «Tan lindo.»

-"Entonces le diré a papá que te regañé levemente, solo si llegas temprano. Ádiooss."

«¿Escuché bien? ¿Es su... Hermana? ¿Mara... Mara Topic?»

-Era mi hermana, salí de la cocina porque sabía que me regañaría y no quería que escucharás eso. -Me daba vergüenza que escuchara como me reprendía por salir tan temprano.

-¿Saliste a las 4:30 AM de tu casa? ¿Por mí? -Estaba atónito con lo que escuché, no niego que fue un lindo detalle pero habían llamado para que regresara a su casa ya.

-Sí, bueno en fin... ¿En qué estábamos? -Tomé su cintura para acercarlo a mi cuerpo y poder rozar sus labios con los míos.

-Debes ir ya. -La mirada fue firme.

-No quiero ¿Cuándo volveré a verte?

-Puedes llegar a dormir si quieres, solo si terminas todos tus pendientes. El 17 tengo mi fin de campaña y estaremos en silencio de campaña. A partir de allí será muy complicado que volvamos a vernos debido a las elecciones y eso.

-Dormiré en tu casa hasta el 17, entendido. -Dije con una sonrisa mientras probaba sus jugosos labios una vez más. El consuelo era que dormiría hoy aquí. -Me retiro, querido candidato.

-Nos vemos esta noche Jan. -Correspondí la sonrisa.

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Me imaginé miles de castigos que mi padre me daría por desaparecerme casi 6 horas sin dar señal de vida, se aprovechó de que a Mara siempre le contesto e hizo que me reprendiera. Admito que me descuidé un poco pero es que. «Daniel...» Al fín, después de tantos años se encuentra en mis brazos como tanto añoré en el pasado. 

Me obligué a sacarme de mis pensamientos al ver que había llegado a la casa de Mara, no ví el carro de papá por ningún lado así que me estacioné y le explicaría las cosas a mi hermana menor y le pediría ayuda para que me salvara de la reprimenda que me espera. Toqué la puerta y salió ella, reluciente como siempre, puse la mejor sonrisa que pude para que me ayudara.

-Hola Mara, buenos días.

-¡Jan, por Dios! ¿¡Quién te mordió el cuello?! 

La mirada desconcertada de mi hermana y la palabra "cuello" hizo que mi cerebro diera click y recordara como mi querido Daniel me había mordido el cuello cuando le estaba dando placer. Me puse rojo e inmediatamente hice la señal de que se mantuviera en silencio. Asintió con una sonrisa pícara en el rostro, debía dar unas buenas explicaciones...

-Debo  curarte y si se me antoja, maquillarte eso para que papá no lo note, quieras o no, debes darme explicaciones a mí para poder salvarte de esta.

-Gracias Mara...

-¿Cuál gracias? Cuéntame ¿Quién es la persona a la que saliste a ver tan temprano y que te ha dejado una marca? -Se estaba acomodando, definitivamente era una chismosa aunque lo negara.

-Daniel... Daniel Noboa.

La cara pasmada de mi hermana me ocasionaría risa si no fuera por la situación en la que me encuentro. Se levantó por su bolsa de maquillajes, regresó anonada. Me miró y volvió a preguntar.

-Daniel Noboa Azín ¿Hijo de Álvaro Noboa, él que fue 5 veces candidato a la presidencia? ¿Daniel Noboa el que está siendo apoyado por la lista 4-35 de ADN?

-El mismo...

Su cara me confirmaba que me gritaría hasta cansarse que estaba completamente loco, de hecho, ya me estaba preparando, pero se mantuvo serena, tanto que daba miedo. Me maquilló la mordida y me dijo que me dirigiera al estudio, que ella se encargaría de papá y que tuviera cuidado en mostrar la marca que cargaba en el cuello. Que del vídeo en el que me apoyaría sacando su imagen lo haría ella. Le conté que después de salir del estudio, organizar mis pendientes y adelantar trabajo tenía planeado volver a Santa Elena por Daniel y quedarme hasta el 17 y que regresaría a las 7 AM, me dijo que me apoyaría en esta no sin antes fulminarme con la mirada para que le contara todo desde un inicio sin excluir nada. 

«Estoy jodido...»

Mi querido candidato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora