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Chapter thirty-five

❝ Hago lo que debí hacer desde un principio hijo mío. Ocultarlo no solucionará nada, tratarte si lo hará. ❞

—No puedo creer que estaba a punto de torturar al chico, ¿Acaso ha perdido la cabeza?

Jisoo observa al oficial Wang con enfado por sus palabras, Hyunjin sigue en la habitación atento a cualquier movimiento del estudiante esposado.

—Era un método para sacarle la verdad, han pasado meses desde la desaparición de Lee Felix y la muerte de sus dos compañeros. ¿No quieres encontrarlo?

—Por supuesto que quiero pero no así, ¿Qué le sucede? No puede ir torturando a cualquiera. —Responde bajito Yibo, casi con coraje también, se negaba a creer que la ética de su compañera fuera tan asquerosa.

—A veces cuando quieres llegar a la verdad estás dispuesto a todo, es algo que deberías comprender, Wang. —Refuta la rubia dedicándole una severa mirada a Seungmin quien estaba ajeno a la situación, su mente en otro lado como las últimas tres veces. —¡A Lee Felix lo esperan en su casa! A Christopher lo espera la maldita cárcel... o incluso una muerte accidental provocada por sus otros compañeros.

—¡Ha enloquecido, oficial! Esto no es lo que le enseñan en la academia.

—En definitiva no lo hacen, ¿Quién ha dicho que aprendí en la academia?

Jisoo se ríe con ganas al observar el rostro colérico de Yibo, comprende que lo ha sacado de sus casillas completamente pero no le interesaba en lo absoluto.

—Señorita Jisoo, creo que debería salir de aquí y darles algo de espacio. —Hyunjin rasca su nuca con incomodidad, la oficial rápidamente niega frenéticamente cerrando la puerta. —¿Qué hace?

—Necesito que te quedes para la mejor parte, no pude cumplir con lo que yo quería pero si con otra cosa.

Hyunjin asiente no muy seguro pero se queda en la quieta habitación, Wang parece muy confundido.

—¿Qué quiere decir?

—Sólo quédate, Hyunjin. —Le pide colocando una mano en su hombro sonriéndole de manera relajada, tan tranquila para el gusto de Wang. Hace unos momentos se mostraba tan furiosa, su humor era inexplicable y preocupante para el otro oficial.

Por otro lado, Seungmin mantenía su mirada fija en aquella blanquecina pared de concreto. Lucía tan ajeno, tan perdido de la realidad que incluso el universitario Hyunjin se mostró afligido. ¿Era real su estado o sólo se aprovechaba del momento para querer engañarlos?

 La puerta de la habitación se abrió abruptamente dejando ver a los padres de Seungmin, ambos tenían una expresión de angustia por su amado hijo. Jisoo sonrió en grande cuando los visualizó acercarse al adolescente esposado, con un gesto aterrorizado rápidamente se acercó a ellos negando de manera brusca.