17: Arillos

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Ship: Caín x Fem Shijima

Palabra: Pearcings.
Universo Alternativo.// Normal AU.// Modern AU.
Advertencias: Cambio de género de un personaje.

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Maldita la hora en que se emborrachó demás... Sí, estaban celebrando en Las Vegas, la ciudad del pecado, dónde se podía hacer todo y después olvidarlo porque "Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas", y todo eso. Pero esta perfectamente podría considerarla por mucho la peor cagada de su vida.

- ¿Está todo bien?- Escuchó la voz de su prometida detrás de él.

- Supongo.- Suspiró concierto fastidio.- Estas cosas son realmente molestas.

Shijima dejó escapar una pequeña risa, acercándose a él, para después pasar discretamente sus manos por su pecho.

- Abel te dijo que debías esperar a que cicatrizaran, y en cuanto volvamos a Grecia, él pueda quitarlas.- Le recordó la peliroja, jugueteando un poco con los arillos en sus pezones.- Aunque... Admito que no me molestan para nada. Te ves sexy con ellos.

- Qué cosas dices...- Rió nervioso, sonrojándose por las palabras de su futura esposa.

- Lo digo en serio.- Insistió Shijima, rodeándolo para verse de frente, con una coqueta sonrisa.- Pareces un chico malo sexy, pero con todo lo que al menos yo desearía de un lindo chico.

Shijima volvió a tocar su pecho, para después tirar con suavidad de una de las argollas, sacándole un pequeño suspiro. Caín odiaba admitirlo, pero la sensación era demasiado agradable.

- ¿Qué dices, chico malo?- Susurró Shijima en su oído, sin dejar de jugar con el arillo en sus dedos.- ¿Nos divertimos un rato?

- Shijima.- Suspiró el nombre de la chica, para después besarse, cediendo a la tentación.

Esa mujer podía tener un rostro angelical y dar la impresión de ser casi una santa. Pero esa fachada solo servía para ocultar el ardiente demonio sexy que en realidad era.

La peliroja se encargó de llevarlo hasta la cama, comenzando un apasionado beso entre ambos, hasta que lo dejó recostado sobre las sábanas blancas.

- Shiji...- Al sentir los labios de su amada besándole el cuello, bajando lentamente hasta su pecho, dónde nuevamente, las argollas se volvieron protagonistas, solo pudo suspirar complacido.- Cariño...

- ¿Sabes?, yo también tengo lo mío.- Sonrió seductora la peliroja, bajando los tirantes de su vestido, hasta hacer que la blusa cayera, dejando expuesto su sostén.- Aún me faltan los piercings, pero, por algo se empieza, ¿no?- Siguió, mientras desabrochaba su última prenda, para por fin dejar libres sus pechos.

Caín solo podía observarla, era realmente hermosa. No había algo en ella que no le pareciera atractivo. Pero sabía que Shijima algo tenía en mente, así que decidió dejarla seguir.

Intercambiaron una pequeña sonrisa cómplice, sucedida por un beso lleno de deseo y expectativa. Shijima pegó su pecho, de tal forma que con cada movimiento, por más leve que fuera, los pezones de ambos recibieran estimulación con las argollas en el pecho de su novio.

El resultado fue mucho mejor de lo anticipado. El metal, así como la forma y posición de las joyas, eran la combinación ideal para una estimulación mutua en pareja. Además de que los besos que compartían para silenciar sus gemidos mutuamente, le daban un aderezo extra a la experiencia.

- Cariño~

Los suaves gemidos de la fémina, así como la creciente humedad en su ropa interior, eran un indicador de que podían llegar a la siguiente fase. Y no dudaron en hacerlo.

Shijima se encargó de deshacerse de su ropa interior, así como del vestido, levantándose solo por unos segundos, y volver al regazo de su amado.

- ¿Estás lista?- Preguntó el albino, debajo de ella, mirándola con deseo pero también amor.

- Siempre lo estoy para tí.- Sonrió la peliroja, para volver a besarlo, mientras su interior era lentamente llenado por su amado.

Shijima se encargó de volver a acomodarse encima de Cain, de tal forma que ambos pudieran recibir el estímulo de los piercings. Obteniendo como resultado un torrente de sensaciones adictivas para ambos.

El más ligero movimiento provocaba una deliciosa fricción en los pezones de ambos, haciéndolos temblar y buscar aún más de esa sensación. Pero dicho movimiento, a la vez provocaba un estímulo en los genitales unidos de ambos... Era un círculo vicioso del que no querrían salir en un buen rato.

Quizás deberían conservar las argollas.

Kinktober 2023. Saint Seiya Ships Donde viven las historias. Descúbrelo ahora