10: Fiesta de Halloween

121 7 0
                                    

Ship: Radamanthys x Valentine

Palabra: Juego de seducción.
Universo Alternativo.// Modern AU.// Normal AU.

•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•

¿En qué momento le cruzó por la cabeza que era una buena idea ir a un bar en la noche de Halloween, usando un estúpido disfraz de vampiro, y aguantar a un montón de borrachos?

Entre soportar los malditos colmillos falsos, el esmalte de uñas, los dos kilos de maquillaje, la sombra de ojos, delineador y pupilentes que Pandora le había hecho usar, igual que ese traje horrendo. No poder saborear su preciado whisky como era debido. Soportar a borrachos buscapleitos. Y evitar que el imbécil de Aiacos se metiera en alguna pelea junto al tarado de Minos, y vigilar que Pandora no hiciera el ridículo estando ebria. Entre muchas cosas más, se le había ido toda la jodida noche.

Solo rogaba que el grupo de idiotas se hartara de beber y decidieran irse a casa. Ganas de darles una patada en el culo y largarse a casa no le faltaban, pero no era tan desgraciado como para dejarlos a su suerte en ese estado.

En fin... Era el precio a pagar por ser el único del grupo con más de dos neuronas que no estaban peleadas entre sí.

La fiesta estaba en su punto cúspide. Los que no eran conductores— o cuidadores en su caso— designados, ya estaban más imbéciles de lo normal por el alcohol. Bailando y cantando como si lo hicieran bien. Haciendo el ridículo... Y como no podía faltar, el típico idiota usando el alcohol como excusa para acosar a quien se dejara.

Bufó enfadado. Ya estaba harto de todo. Así que sería matar a dos pájaros de un tiro: hacer su buena acción del día, y desquitar un poco de su rabia con alguien que lo merecía.

Le dió un último trago a su vaso, se levantó de su asiento en la barra, y fue hasta el rincón donde estaba ocurriendo ese incidente, listo para patearle el culo a alguien. Pero pasó de la rabia a la sorpresa de un segundo a otro, cuando la aparente indefensa víctima respondió al acosador con un puñetazo, seguido de patada en el estómago, quitándoselo de encima en cuestión de segundos.

El tipo terminó huyendo como un animal asustado, dándole un empujón en su escape... En ese momento dudó por un segundo a quién debía defender.

De inmediato negó con la cabeza, ese tipo de lo había buscado, el chico solo se había defendido.

- ¿Estás bien?- Preguntó, acercándose a la no tan indefensa víctima.

- Sí, solo un borracho.- Respondió el jóven de cabello rosa, sacudiendo sus ropas.- Estoy acostumbrado.

Al prestar más atención al desconocido, Radamanthys se dió cuenta de que su disfraz parecía hacer alusión a Eros. Las alas en su espalda descubierta, toga corta, con escote asimétrico, de color rosa pálido con dorado en los bordes, el arco y flechas, las sandalias estilo griego, el tocado de hojas de laurel doradas, y el cabello rosa lo hacían algo obvio. Pero se le hizo un buen tema de conversación para romper el hielo.

- Buen disfraz.- Halagó.- ¿Dónde lo conseguiste? Las flechas y el arco están geniales, se ven muy realistas.

- No se ven, lo son.- Rió suavemente el peli-rosa.- Practicar arquería desde niño y saber algo de herrería tiene ciertos beneficios.

- ¿Puedo?

- Claro.- Accedió el chico, prestándole una de las dos flechas que llevaba en la jabalina a su espalda.

Era sorprendente, una flecha hecha completamente de metal, tal y como las que el dios griego usaba en la mitología. No sería oro, pero el resplandor era sorprendente. Jamás había visto algo así, y dudaba volver a tener la oportunidad, quizás haber ido a ese bar no había sido tan malo después de todo.

- ¿Tú las hiciste?

El chico asintió con una sonrisa orgullosa.

- Pues vaya que tienes buena mano.

- Hey, ¿estás tratando de seducirme?

- ¡N-No!, yo...

El chico soltó una fuerte carcajada por su reacción, dejándolo algo confundido.

- Solo bromeaba, tonto.- Aclaró riendo el peli-rosa.- Aunque... Quizás cedería a la hipnosis de un vampiro como tú.

Los dos soltaron una pequeña risa por esa broma. Radamanthys devolvió la flecha a su dueño, y procedió a decirle su nombre y preguntar el contrario.

- Valentine.- Respondió el chico, aceptando el apretón de manos.- Muy apropiado para el disfraz, ¿no?

- Sin duda.- Le sonrió el rubio.- Entonces, ¿puedo invitarle algo al gran dios del amor?- Añadió, besando el dorso de la mano ajena.

- Yo encantado, joven vampiro.

Intercambiaron una suave sonrisa, y ambos volvieron a la barra. Una copa de vino para Valentine y un whisky en las rocas para Radamanthys.

No hubo necesidad de hablar, solo beber el líquido en sus respectivas copas, intercambiando miradas y gestos sutiles cada tanto. Cómo Radamanthys aflojando el nudo de la capa en su cuello, o Valentine deslizando "accidentalmente" la falda de su corta toga. Hasta que el contacto físico hizo acto de presencia.

Un ligero roce de manos, al dejar las copas en la barra, que escaló a enlazar sus dedos de forma juguetona. Y después un pequeño beso en el dorso, dejado por Radamanthys.

¿Un vampiro logrando hipnotizar al dios del amor para hacerlo sucumbir al deseo?, ¿o el dios del amor seduciendo a un atractivo vampiro?. Difícil saberlo, pero a ninguno le importaba.

Un cálido beso selló ese silencioso pacto, seguido de unas ligeras caricias en los muslos de Valentine por debajo de la falda. Los colmillos falsos en la boca de Radamanthys le daban un toque especial a ese beso, al sentir como los labios y lengua ajenos los rozaban de vez en cuando.

El furor de la noche seguía a todo lo que daba, nadie prestaba atención a lugares como el baño o los rincones más oscuros del lugar, y fue justo ahí a dónde se dirigieron muy rápido y en silencio.

El baño estaba completamente vacío, pero a oscuras, igual que todo el bar, iluminado únicamente por algunas luces de neón.

Besos calurosos, hasta llegar al lavamanos. Antes de siquiera notarlo, Valentine ya estaba sentado en el borde, abrazando por el cuello al rubio.

Radamanthys solo se dejaba envolver por el dulce aroma del cuello de Valentine, besando su cuello. Aprovechando la posición para dar una mordida, clavando con suavidad los colmillos, arrancándole un pequeño gemido al peli-rosa.

No consideraba tener un fetiche con los disfraces ni nada de ese estilo, pero la idea de hacer gemir al travieso dios del amor, darle un pequeño trago de su propia medicina... ¿Quién podría resistirse a esa fantasía?

Por su lado, Valentine también estaba disfrutando aquel trato. Radamanthys era todo un caballero, con un suave aire salvaje, tal y como el personaje que encarnaba. Besando su piel, arrodillándose frente a él, adorandolo como una verdadera deidad, usando la dosis adecuada de delicadeza y brusquedad en cada acción.

Desde devorar su erección, hasta embestir sus entrañas, acariciando ese delicado punto en su interior, haciéndolo suplicar por más.

Movimientos bruscos, las plumas de las alas desprendiéndose y volando hasta caer delicadamente al suelo, esparciendose por todo el lugar, al mismo tiempo que los jadeos y gemidos de ambos.

Las marcas de las mordidas, principalmente en el blanco y delicado cuello de Valentine aparecieron también, acompañadas incluso con algunos hilos de sangre. Tal y como si un vampiro tratara de conseguir algo de la preciada sangre de un dios.

Un juego quizás algo perverso, pero sin duda, demasiado excitante como para parar.

¿Quién había logrado seducir a quién?, ¿el dios del amor había hecho de las suyas al flechar a un apuesto vampiro?, ¿o había sido el vampiro quien había logrado hacer caer en su trampa al dios del amor con su hipnosis?... ¿Quizás los dos habían logrado salirse con la suya, y a la vez ninguno?

¿Qué importaba, si en ese momento ambos se sentían en el paraíso?

Kinktober 2023. Saint Seiya Ships Donde viven las historias. Descúbrelo ahora