5: Excursión

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Ship: Mime x Alberich

Palabra: Semi-público.
Universo Alternativo.// Normal AU.// Modern AU.

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Un jodido viaje en carretera de más de ocho horas, en un autobús, con más de 30 jóvenes a bordo, la mejor idea del mundo... ¡Exclamó nadie jamás en su miserable vida!

Comenzaba a arrepentirse de haber ido a ese concurso escolar. Era un genio, un prodigio en todo lo que intentaba, tenía más actividades extracurriculares de las que podía memorizar, no necesitaba ninguna puntuación extra...

- Ey, Alberich, ¿todo bien?

- Depende. Si estar atrapado en una mugrosa cafetera, en medio de la nada, con el culo aplastado en el asiento te parece estar bien, estoy de maravilla, Siegfried.

- No creí que diría esto, pero el odioso de Alberich tiene razón.- Bostezó otro de su grupo de amigos.- ¿Cuántos tiempo falta para llegar a casa?

- Unas cinco horas.- Suspiró el rubio.

- Al menos esto no podría ponerse peor.

Y como si de una maldición o una broma cruel del destino, escucharon unos crujidos del motor, seguidos de un par de saltos del autobús, y finalmente, se quedó completamente inmóvil.

- ¿No podías quedarte callado, Fenrir?

Para fastidio de todos, el motor se había sobrecalentado, y estarían varados por tiempo indefinido. Los profesores a cargo les pidieron paciencia. Bueno, no tenían muchas alternativas de cualquier modo.

Algunos decidieron aprovechar el tiempo para practicar con sus instrumentos, otros entrenar la voz, unos más conversar, leer, o simplemente dormir para tratar de matar el tiempo... Pero los minutos pasaban, pasaban, y nada.

- Iré al baño.- Suspiró Mime, dejando de lado su lira.- Albe... ¿Me acompañas?

El pelirosa alzó la vista de su libro, mirando a su compañero.

- Pero... Si está a menos de un metro de distancia.- Cuestionó, mirando de reojo hacia donde estaba ese pequeño compartimiento.

- Todo mundo está dormido.- Susurró el pelirojo.- Entonces... ¿Vamos a... Ya sabes?

Alberich tardó unos segundos en enlazar las palabras de su novio, pero una vez lo hizo...

- ¿Estás loco acaso, Mime?

- Quizás~- Rió el mencionado.- ¿Tienes miedo?

Una pequeña sonrisa cómplice, junto al tacto de sus manos enlazandose, fue suficiente para desplazarse muy rápido y en silencio, con cuidado de no despertar a sus compañeros, hasta llegar a ese pequeño cubículo.

El espacio era apenas suficiente para un retrete y un lavamanos, haciéndolos mantenerse demasiado juntos.

- ¿Esta ers tu grandiosa idea?

- Parecía mejor en mi mente.- Admitió el pelirojo.- Pero ya estamos aquí, así que...

Alberich sonrió ante las palabras de Mime, y no tardó en callarlo con un beso.

Objetivamente hablando, el espacio era extremadamente reducido, y ni de cerca el más romántico. Pero la adrenalina ante la posibilidad de ser descubiertos, junto a sus lenguas acariciarse, y el calor compartido, hacían desear más.

- Mime...

- Shh, no hagas ruido o todos se van a despertar.- Sonrió el pelirojo, arrodillado a la altura de la pelvis contraria.- Si que tenías ganas después de todo, ¿eh?

- Tú fuiste quien propuso esto.- Dijo devolviéndole la sonrisa.- Ahora hazte cargo de tus acciones.

- Con gusto.

Mime no tardó en bajar un poco la ropa de su cómplice en esa locura. Estaba ansioso, pero no iba a dejar ir la oportunidad de torturar un poco a Alberich, haciéndolo perder la paciencia.

Lamiendo y humedeciendo la tela de la ropa interior, sin llegar a entrar en contacto directo piel con piel todavía. Y tal y como planeaba, pudo escucharlo jadear y comenzar a respirar pesado, estaba decidido a hacerlo perder la paciencia poco a poco. Alberich siempre hacia esas cosas, ahora era su turno de vengarse.

Después de un rato, sin el más mínimo aviso, bajó la última barrera, introduciendo la erección de un solo empujón en su boca, escuchando gemir a Alberich.

Sabía que seguramente, el pobre se habría cubierto la boca avergonzado, pero contuvo su risa y continuó con su labor.

Subir y bajar su cabeza, usando su lengua para envolver ese jugoso trozo de carne, a la par que sus manos entraban al juego, acariciando zonas que él no podía.

- Mim...

Con solo escucharlo tartamudear su nombre en un hilo de voz apenas audible, sabía que estaba a punto de terminar.

Sin dudarlo, aumentó el ritmo de sus succiones, deleitándose con escuchar a su amante jadear, gimoteando débilmente, mientras veía su vientre contraerse por los espasmos que invadían su cuerpo. Hasta que sintió el líquido en su boca.

- Creo que es hora de volver, antes de que la profesora se dé cuenta de que no estamos.- Mencionó Mime, enjuagandose la boca en el lavamanos.

- Oh, ¿de verdad quieres volver~?

Mime estaba por responder, cuando se escucharon un par de golpes en la puerta.

- ¡Ey, par de tortolos!- Escucharon la voz de Siegfried al otro lado de la puerta.- Lamento arruinarles el momento, pero el problema del motor ya quedó solucionado. Vuelvan a sus asientos antes de que la profesora se dé cuenta

Alberich bufó frustrado, y Mime solo soltó una pequeña risa. Vaya que se habían tomado su tiempo.

- No, pero debemos volver.- Sonrió, acariciando su mejilla, para después darle un hambriento beso.- Limpiate, sube tus pantalones, y te veo allá afuera.

Alberich solo asintió, con una ligera molestia. A buena hora se les ocurría solucionar todo.

- Pero... Terminamos esto al llegar a casa.- Le guiñó un ojo Mime, antes de salir.

Kinktober 2023. Saint Seiya Ships Donde viven las historias. Descúbrelo ahora