Día 1: Belleza

165 12 9
                                    

Ship: Dohko x Asmita

Palabra: Ropa de encaje.
Universo Alternativo.// Modern AU.// Normal AU.// Omegaverse.

•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•

Belleza. Esa era la única palabra en la que podía pensar al ver a ese Omega.

Todo en él era en extremo perfecto. Desde su nívea piel, hasta sus suaves labios. Simplemente, no había parte de él que no adorara.

- ¿Y bien?- Cuestionó con una pequeña sonrisa el Omega, después de dejar caer la bata por sus hombros.- ¿Qué te parece?

La suave bata de color rojo cayó al suelo, dejando ver su preciosa figura, enfundada en un conjunto de lencería que exhibía su cuerpo a la perfección.

La pequeña tanga resaltaba sus largas piernas, a la vez que enmarcaba su suave trasero. Un coqueto liguero a juego en su muslo izquierdo. Y el pequeño trozo de encaje cubriendo a duras penas sus pezones, invitando a descubrirlos.

- Siempre luces hermoso, pero con esa ropa te ves aún mejor.- Respondió, besando el dorso de su mano, para después subir sus labios por todo su brazo, hasta llegar a su hombro, y pasar a su cuello.

- Tan dulce como siempre...- Rió en un suspiro el rubio, abrazándolo por la espalda.- Muéstrame lo que tienes, tigre.

Una sutil sonrisa entre ambos dió paso a lo siguiente.

Sus labios se encontraron en una caliente y apasionada danza, a la que sus lenguas pronto se unieron, a la par que las traviesas manos del Alpha acariciaban el jugoso trasero del Omega. Mientras las de éste, apretaban la fuerte espalda del contrario.

- Dohko...

Al oír a su Omega gemir su nombre, solo pudo sonreír satisfecho. Era la más dulce de las melodías para sus oídos, y no iba a detenerse hasta que resonara por toda la habitación, durante toda la noche.

- Te haría esperar, pero eres demasiado sexy para resistirse a tí.- Murmuró en su oído, antes de bajar por todo su pecho y torso, hasta llegar al medio de sus piernas.

Pasó ambas por sus hombros, tomándose el atrevimiento de besar el muslo interno de la que aún tenía el liguero y jugar un poco con sus dientes, tan solo para después quitárselo con la boca.

Asmita solo sonrió, ansioso por el siguiente movimiento de su Alpha. Siempre lograba sorprenderlo de alguna manera.

Dohko volvió al ataque, besando el vientre de su Alpha, mientras sus manos comenzaban lentamente a acariciar la piel oculta bajo la diminuta pieza de ropa interior. Asmita suspiraba débilmente, sintiendo la temperatura de su cuerpo subir poco a poco, dejándolo con ganas de más.

El castaño finalmente se decidió a bajar un poco la prenda, dejando expuesta la erección de su Omega. De nuevo, se tomó su tiempo para saborear cada centímetro con su lengua, para luego acariciarla con sus manos, hasta por fin usar toda su boca.

- ¡Dohko!

Pronto, Asmita comenzó a arquear la espalda, a la par que con sus piernas apretaban los hombros del castaño, buscando más de esa sensación.

- ¡Más!

Al sentir un dedo acariciando su entrada, ya completamente húmeda, gimió ansioso. La estimulación por ambos lados al mismo tiempo era simplemente increíble, y su Alpha no iba a negarsela.

Con el cuidado suficiente para no lastimarlo, logró colar dos dedos en su interior, acariciando muy lentamente cada rincón, a la par que su boca hacia lo mismo por el frente, hasta que encontró el punto que buscaba, comenzando a acariciarlo.

- ¡Dohko!

El Omega perdió el control de los sonidos que salían de su boca durante los siguientes minutos, hasta que, sin previo aviso, terminó por ambos lados, después de que un fuerte temblor sacudiera todo su cuerpo.

Dohko sonrió orgulloso al ver a su Omega con las piernas temblando y la respiración agitada. Era difícil dejar a un Omega así únicamente con juego previo, pero no para él, que conocía bien a su amado. Sabía dónde tocar, morder, besar o lamer, y con qué fuerza y rapidez hacerlo para volverlo loco de placer, y lo adoraba.

Se acercó para dejar pequeños besos por todo su rostro y hombros, deleitándose con los pequeños suspiros que Asmita soltaba a su paso, con todo su cuerpo aún temblando por la excitación.

- ¿Listo para la siguiente ronda?

- Ven aquí.- Rió Asmita, para seguidamente, intercambiar posiciones, quedando encima del Alpha.

- Soy todo tuyo, querido.

Asmita se mordió el labio al mirar la erección de su Alpha, para después agacharse, y probar ese jugoso trozo de carne.

- ¿Cómo es que tienes una boca tan hábil?- Sonrió el castaño, acariciando su cabello, mientras engullía su miembro.- Nunca me aburro de esto.

Asmita lo miró con complicidad, para después sacar sus manos de juego, dejándolas tras su espalda. Dohko no tardó mucho en sujetar los largos cabellos dorados, comenzando a imponerle su propio ritmo.

Frenético desde el inicio, rápido, profundo, y certero. Pero el blondo no parecía tener problema alguno para seguir el ritmo, al contrario, gemía entre cada estocada a su boca. Bien dicen que la práctica hace al maestro.

- Ven aquí, cariño.- Apenas Dohko lo separó, lo haló hacía adelante, besando sus labios con hambre.- Adoro tu linda boca, cielo. Pero los dos sabemos lo que queremos.

- Creí que nunca lo dirías.- Replicó con una sonrisa, para después besar al Alpha.

¿Qué pasaba cuando un Omega dominante y un Alpha dominante tenían sexo? Ambos querían el control, ambos buscaban seducir al otro. Ambos querían hacer estallar de placer al otro. Ambos querían darle al otro el mejor sexo de su vida.

Una combinación rara, difícil y bastante volátil. Pero extremadamente satisfactoria si lograban superar sus dificultades.

- Mgh...- Jadeó el blondo, mordiendose los labios al montar la erección de su Alpha.

- ¿Demasiado para ti, cariño?

- No seas tan duro conmigo.- Sonrió con coquetería, bajando lentamente.- Lo que te falta de estatura, te sobra aquí abajo.

Ambos soltaron una pequeña risa ante ese comentario. Aunque lejos de la realidad no estaba.

Pronto, Asmita inició un suave movimiento de caderas, aumentando la velocidad a un ritmo tortuosamente lento, para de un momento a otro, comenzar con pequeños y rápidos saltos.

Dohko no se quedó atrás, comenzando a acariciar los costados de las piernas y cintura del Omega, mientras sus labios saboreaban su cuello, y después bajar al pequeño top de encaje, y comenzar a lamer con su lengua en dónde se asomaba un poco de piel de los botoncitos rosa ocultos bajo la tela negra. Los gemidos de Asmita de nuevo lo hicieron perder el control, arrancando con sus dientes la tela, para poder probar su pecho a gusto.

Pronto, los dos se encontraban gimiendo y jadeando el nombre del otro. Con sus cuerpos coordinados en una erótica y perfecta danza, hasta llegar a la cúspide del placer.

Kinktober 2023. Saint Seiya Ships Donde viven las historias. Descúbrelo ahora