Capítulo 12: The Death and the Strawberry

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Los sentimientos de Ichigo por primera vez salieron a flote por intervención de Yoruichi. Ya no iba a seguir negando una y otra vez que no estaba enamorado... Y justo eso fue lo que decidió hacer... Confesarle al amor de su vida todo lo que sentía por ella... No obstante, Rukia se había cansado de buscar al chico, pues no lo encontraba por ninguna parte y para colmo de males no podía sentir su poder espiritual, por lo que comenzó a preocuparse por el joven. No obstante, ya caía la noche y debía de regresar hacia las habitaciones, así que dejando de lado la búsqueda de su "amigo" volvió hacia su respectiva habitación. A los pocos minutos, un toque cansado se escuchó en la puerta de la habitación de la pelinegra. Con pereza se levantó de su cama y abrió la puerta, solo para encontrarse con su compañero de piso, el cual se mostraba muy emocionado por reencontrarse con ella. Sin decir una sola palabra corrió a abrazarla, pero la pequeña mujer ni siquiera se inmutó y se mantuvo estática ante el abrazo de Ichigo

Ichigo: ¡Rukia! —se mostraba una preocupación notable en su rostro. —¡No sabes lo mucho que me preocupé por ti! —exclamó emocionado de verla

Rukia: ¡Estúpido! —se separó del abrazo y le pegó una bofetada

Ichigo: ¡Ahhhh, no puede ser! —se quejó del dolor —¡¿A qué viene eso?!

Rukia: ¡Estuve casi 4 horas en la División Médica y tú ni siquiera te molestaste en visitarme! —comentó enojada

Ichigo: Rukia, yo... Te juro que esto tiene una explicación lógica —intentó excusarse

Rukia: ¡No quiero que te excuses de nada, ya estoy bastante molesta contigo y no quiero ponerme peor! —replicó la Kuchiki

Ichigo: ¡Rukia, no lo hice porque no quería, yo...!

Rukia: ¡No trates de poner excusas, eso no va a funcionar! —comenzaba una discusión acalorada entre ambos

Ichigo: Verás, yo... Estaba tan devastado por lo sucedido que perdí el control y no supe qué hacer... Mis emociones tomaron el control de mí y... —le reveló el por qué no la había visitado mientras se encontraba herida

Rukia: ¡Deja de tratar de explicarme todo! ¡Si estás tan ofuscado en tus propios pensamientos como para ni siquiera pensar, aunque sea por unos minutos en mí entonces estoy perdiendo mi tiempo contigo! —se enojaba todavía más y más

Ichigo: P-pero, Rukia... Y-yo...

Rukia: ¡Pero nada! —le gritó. —¡Si tan centrado estás en tus propios pensamientos entonces malgasto mi tiempo en ti! ¡No es mi culpa que hayas enloquecido y tomaras la decisión de alejarte! ¡No quiero que me dirijas la palabra por el resto del día!

Ichigo no pudo hacer otra cosa más que ver cómo su enana le daba la espalda por haberse comportado como un completo idiota en cuanto a ella. Ver a Rukia en ese estado tan serio, impasible y molesto conmocionó el corazón del chico. Se sentía tan miserable, tan tarado, con tanta impotencia, como un bueno para nada. Impulsivamente, a pesar de haberle dicho que no le dirigiese la palabra la abrazó por detrás, sin esperar una reacción de la pequeña mujer, pues no esperaba una respuesta... Quería disculparse

Ichigo: Rukia... Y-yo... No sé qué fue lo que me sucedió... —hablaba entre sollozos. —Pero... No me esperaba que me afectase tanto el verte herida y magullada. Cuando te vi siendo atravesada por aquel tridente... Sentí como si algo dentro mío se hubiera roto, como si me hubiesen quitado un pedazo de mi alma... No quería perderte, no soportaba la idea de vivir sin ti... Por eso es que perdí el control y cuando no pude cumplir mi objetivo me alejé para no verme afectado porque no quería pensar en ello... Quería alejarme de lo que me causó dolor... Pero me he dado cuenta de que... Por más enojado que esté conmigo mismo jamás colocaría mi bienestar por encima del tuyo... Las emociones dominaron mis pensamientos y me hicieron alejarme de ti... Más no hicieron que dejara de pensarte a cada segundo, a cada momento, a cada pequeño rato de mi vida... Por eso me he dado la tarea de protegerte por siempre para nunca perderte... Ya no más... No tienes idea de lo importante que eres para mí

Bleach: The Soul Society TournamentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora