Capítulo 2: ¡Comienza el torneo!

225 14 6
                                    

El sol iluminando e irradiando las calles con su luz estelar anunciaba el comienzo de la mañana en la ciudad de Karakura. En un apartamento, dos Shinigamis dormían muy abrazados entre sí, como si no quisieran separarse nunca. Sin embargo, no eran esos los planes que el destino tenían preparados para ellos, pues ya debían de levantarse y preparar todo para visitar la Sociedad de Almas, ya que no quedaba más de media hora para que el capitán Hitsugaya llegara a pasar a buscarlos. El Kurosaki comenzó a abrir los ojos siendo lo primero que vio el rostro de su compañera mientras aún se encontraba dormida. El corazón de Ichigo comenzó a latir más rápido de lo normal al ver la cara adormecida de Rukia, lo que conllevó a que desde sus labios se esbozara una pequeña sonrisa. Le gustaba estar con ella y pasar el rato juntos, era más que obvio

Ichigo: Mi enana. Te ves tan bonita mientras duermes -decía el joven para sí mismo

Rukia: Ahhh -bostezó y abrió los ojos casi al instante. -Buenos días, Ichigo -lo saludó apenas verlo

Ichigo: Buenos días, Rukia -le devolvió el saludo sin dejar de abrazarla

Rukia: Creo que ya deberíamos levantarnos, Ichigo. ¿Cuánto tiempo nos queda? -le preguntó

Ichigo: Déjame revisar -agarró su teléfono celular y revisó la hora que tenía: 7:30 de la mañana. -Nos queda aún media hora, podemos seguir acostados en nuestro dormitorio -dijo mientras la abrazaba por la cintura

Rukia: Sé que podemos, pero tenemos que prepararlo todo para irnos a la Sociedad de Almas -la pelinegra tenía sus prioridades

Ichigo: Tienes razón, ya deberíamos de habernos levantado para preparar lo que llevaremos, recoger nuestros uniformes e irnos

Los dos se levantaron casi al mismo tiempo y cada uno fue por su lado para preparar lo que llevarían al torneo. Rukia recogió su uniforme antiguo de Shinigami, su zanpakutou y un peluche de Chappy por si acaso, mientras Ichigo se estaba poniendo su uniforme de Shinigami sustituto, empuñó por algunos segundos a su zanpakutou y luego la ató a la parte trasera de su vestimenta, tal como siempre la había llevado, además de una rosa blanca como la nieve, con un brillo nunca antes visto que venía con una nota escrita por su padre, en la forma de una carta, la cual mencionaba lo siguiente

''Esta rosa no es cualquier flor que veas por el camino mientras transitas por las calles. Esta rosa no es la típica que ves en un invernadero moderno de esos con mucha iluminación, y no siempre del ambiente. Esta rosa no es una rosa para regalar a alguien simplemente por compromiso. Esta rosa es especial, es única en su tipo, y así como es única a su manera aquella persona también lo es para ti. Esta rosa solo se la puedes dar a la persona en la que más confías, en aquella por la que darías la vida una y otra vez sin importar las consecuencias solo para protegerla, aquella persona con la que sientes que la vida es hermosa y que nada puede salir mal cuando estás a su lado. Cuando sea el momento indicado y quieras confesar aquello que sientes en lo más profundo de tu interior... ahí es cuando puedes regalarle esta rosa a esa persona... Mientras tanto guárdala como recuerdo inextinguible del amor que le tienes... Con cariño...

Tu padre

Él lo sabía, pero no lo quería admitir. Ella era más que solo una amiga, pero no se daba cuenta. Con lágrimas en sus ojos cerró el sobre de la carta y puso en ella la rosa blanca, mientras se lo llevaba hacia su bolsillo. Una vez preparado se volvió a encontrar nuevamente con su compañera de piso y la observó anonadado. Había pasado mucho tiempo desde que no la veía en su uniforme de Shinigami habitual y verla así le trajo varios recuerdos memorables a su mente. Sí, él estaba emocionado por competir en el torneo, pero lo estaba aún más porque permanecería junto a su enana todo el tiempo que durase la competición

Bleach: The Soul Society TournamentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora