Capítulo 16: Espíritu de combate

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El primer combate de la tercera ronda había llegado a un final, con Byakuya Kuchiki demostrando que era mucho más que solo su Bankai y alzándose victorioso sobre el capitán de la Undécima División: Kenpachi Zaraki. El aguerrido Shinigami terminó chocando contra una pared, pero nadie parecía preocuparse por él, pues todos seguían festejando la victoria del líder del clan Kuchiki. No fue sino hasta una intervención realizada por el joven prodigio del Gotei 13 que el público detuvo sus vítores

Toshiro: Espectadores, no sé si han podido darse cuenta, pero... ¡El capitán Zaraki continúa en el suelo! —comentó con preocupación

Ichigo: ¿No debería de ser llevado hacia la División Médica? —preguntó el Shinigami Sustituto. —Es decir, tiene un agujero en su pecho. Pequeño, pero sigue siendo un agujero —hizo énfasis en su herida

Orihime: ¡No se preocupen, yo me encargaré de llevarlo! —exclamó la joven pelinaranja y fue directamente hacia el tatami de batalla

Isane: Hmm... ¡Tiene espíritu, sin lugar a dudas! Si fuese una Shinigami nos serviría de mucha ayuda en la Cuarta División —agregó la mujer de cabello corto

Byakuya: Oigan, ¡no se queden ahí paradas y ayuden a la chica humana! —exigió el capitán de la Sexta División

Isane: Hey, tienes que cuidar ese tono, capitán Kuchiki —le respondió

Rukia: ¡¿Al final lo llevarán a la División Médica o qué demonios?! —preguntó la hermana menor de Byakuya con cierto descontento

Isane: ¡Enseguida! ¡Marchando todos hacia nuestros cuarteles generales! Tenemos un herido que atender

La capitana Kotetsu movilizó a todos sus oficiales y soldados en dirección hacia el ala médica mientras que Orihime llevaba en brazos al malherido capitán Zaraki. Al llegar al hospital lo acostaron en una de las tantas camas de las salas que presentaba el complejo y se preparaban para restaurar sus heridas infligidas por Byakuya, pero les iba a llevar un poco más de tiempo del que pensaba, pues no solo presentaba una herida en su pecho, sino que también tenía múltiples cortes punzantes provocados por los filos del líder del clan Kuchiki y quemaduras de segundo grado, ocasionadas por el Hado #33: Sokatsui del Shinigami pelinegro. La capitana y demás miembros del escuadrón ya habían comenzado su trabajo

Por otra parte, Kenpachi se encontraba en un estado de sueño momentáneo. Lo primero de lo que se percató era de que el lugar en el que se encontraba estaba totalmente desiluminado, no existía ninguna fuente de luz a varios kilómetros a la redonda, únicamente una tenue luz que no hacía sino desconcertar aún más al guerrero. Sabía que era un sueño, pero... ¿Qué era esa misteriosa habitación? ¿Y por qué estaba soñando con algo tan... Extraño?

Kenpachi: Ehhh... No estoy entendiendo nada... ¡¿Holaaa?! ¡¿Se encuentra alguien?! —llamó hacia el vacío, aparentemente sin éxito. —¡¿En dónde mierda estoy?!

???: Puedes ahorrarte las preguntas, querido, vas a quedarte aquí mientras te mantengas inconsciente —una vieja conocida apareció justo delante suyo, con cabello negro medianamente recogido en unas trenzas, vestida con un haori blanco de capitán y zanpakutou en mano, lo que llamó directamente la atención del hombre de pelos puntiagudos y le causó una inesperada sorpresa

Kenpachi: ¡¿U-... Unohana?! —exclamó agitado. —¡¿Q-qué... Qué haces aquí?! ¡S-se supone que...! —su estupor era evidente

Unohana: ¿Muerta? Lo estoy, querido, y lo sigo estando —contestó la ex-capitana Shinigami

Kenpachi: Un momento... Si estás muerta, entonces... ¿Por qué apareciste ante mí justo ahora, que estoy inconsciente? —preguntó con asombro

Bleach: The Soul Society TournamentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora