Capítulo 8: El choque de las bestias

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El primer combate de la segunda ronda había acabado con Byakuya Kuchiki quedando como ganador. Sin embargo, su contrincante había quedado muy herida por el devastador ataque final del capitán Shinigami, razón suficiente para alarmar a Kisuke Urahara, quien sin pensarlo fue lo más rápido que pudo a los cuarteles generales de la División Médica mientras se tomaban el debido descanso de media hora. Luego de algunos minutos en la sala de espera con una notable preocupación en su rostro, la capitana Isane Kotetsu le dio permiso para acceder al ala médica en la que se encontraba Yoruichi y sin pensarlo dos veces entró a la habitación.

En cuanto atravesó la puerta se encontró con su amiga bastante herida, aunque ya un poco curada gracias a los esfuerzos combinados del Cuarto Escuadrón y Orihime. A simple vista podía verse varios raspones y arañazos en el rostro y sangre debajo de su mentón, así como un par de heridas graves en sus brazos. Su cuerpo estaba vendado casi por completo, ya que debido a la fuerza devastadora de la técnica del líder del clan Kuchiki la División Médica y la ya mencionada Orihime debían de esforzarse un poco más allá de sus capacidades estándar, pues no eran simples cortes y heridas de batalla

Yoruichi: ¡Ahh, hasta que al fin apareces, Kisuke! —exclamó medio molesta

Urahara: Lo siento, Yoruichi, la capitana Kotetsu no me había dejado entrar antes —le explicó el motivo de su aparición retardada

Yoruichi: Entiendo, aún estoy en recuperación, es normal —tosió fuertemente

Urahara: No parece que te hayas recuperado del todo

Yoruichi: Es porque no lo he hecho. La técnica de Byakuya me dejó bastante malherida... —jadeó un poco del dolor. —y ni siquiera las habilidades curativas de Orihime me han restaurado por completo

Urahara: Son cortes profundos y amplios, lo normal es que tarden en regenerarse incluso con equipo y habilidades médicas avanzadas —sopesó el veterano Shinigami

Yoruichi: Ya lo sé, el punto es... Que estaré en recuperación por más tiempo del que pensé, tal vez 8 horas como mucho —dijo con una expresión triste en su rostro

Urahara: Yoruichi... —su rostro lo decía todo, no podía contener sus emociones al ver a su amiga en tan precario estado. —Yo... Nada de esto sucedería si no te hubiese exigido que participaras conmigo

Yoruichi: ¿Pero qué dices, Kisuke? —comentó exasperada

Urahara: Fui muy insistente contigo, y quería participar junto contigo en el torneo, y ahora estoy pagando las consecuencias de mis actos —los sentimientos de culpa se habían apoderado de él

Yoruichi: ¡No digas estupideces, por favor, que me pone peor! —le recriminó la mujer de piel oscura y volvió a toser

Urahara: Es la verdad... Estaba cegado por mis propios caprichos e hice que acabaras accediendo a competir pese a tu negativa inicial. Si yo no hubiese sido tan intenso nada de esto estaría pasando... Todo esto es mi culpa —se lamentaba el hombre rubio

Yoruichi: Kisuke, escúchame. No ha sido tu culpa, ni la mía, ni la de nadie. Es cierto que fuiste muy insistente conmigo, pero en el fondo me intrigaba la competición, así que decidí participar también. Y aunque mi trayecto fuese más corto de lo que pensé que sería lo disfruté mucho —tosió nuevamente. —Creo que nunca había tenido la oportunidad de superarme a mí misma en mucho tiempo, Byakuya realmente supo cómo llevarme al límite e incluso pese a que no haya ganado disfruté combatir con todas mis fuerzas. No digas que es tu culpa, porque no lo es. Somos Shinigamis, sí, tenemos habilidades más allá de la compresión humana, sí, pero no podemos ver el futuro, así que deja de culparte por lo que sucedió, pues ninguno de nosotros es culpable —habló mientras con algo de dificultad ponía su mano libre en la mejilla izquierda de Urahara

Bleach: The Soul Society TournamentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora