1. Crowley tiene todo que ver.

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"Spread a little happiness as you go by

Please try"


-Sting

  A la gente le gusta hablar con Dios, no se conocen científicamente las razones pero por la cantidad de la gente que lo hace, habrá que suponer que les gusta.

 Y claro que el Cielo recibe los mensajes, no directamente Dios, claro, tiene demasiadas ocupaciones como para además dedicarse a eso; pero hay un extenso grupo de ángeles que se encarga de eso, y lo hacen, como todo, con el mayor de los ánimos.

 "Los Clasificadores", son llamados, son cien, y recientemente Dudley había sido promovido a "Mensajero", de modo que quedaba un puesto vacante. Y ahí estaba Aziraphale.

 Michael le señaló el escritorio vacío y le explicó:

– En la base se escriben los mensajes, llegan todos los días, todo el tiempo, no damos a basto. Humanos tristes, humanos felices, humanos desesperados, humanos suplicantes, humanos agonizantes. Hay de todo.

– ¿Y mi tarea es darles una respuesta?

 Michael alzó muy cuidadosamente una ceja.

– ¿Debo resolver los problemas de esas personas? – preguntó Aziraphale con un brillo en los ojos.

– Por supuesto que no, eso sería absurdo. De eso se encarga Dios y nada más que Dios.

– Oh– dijo Aziraphale desilusionado– ¿Entonces qué debo hacer?

 Michael le dio la caja que cargaba con dos o tres cosas que iba a necesitar en el futuro, o tal vez no las necesitara nunca, el punto era que le habían dicho que le diera eso y debía obedecer las órdenes.

–Te sientas ahí, lees los mensajes y los clasificas. – la mesa transparente brilló, en el medio un rectángulo que pronto se empezó a llenar de escrituras, y en dos de las esquinas una palabra. En la izquierda "Desestímese" y en la derecha "Considérese revisarlo". Michael señaló el rectángulo – Lees el mensaje aquí– señaló a la derecha – y lo pones aquí– señaló a la izquierda– o aquí. Sé prudente. Y empieza, que ya tienes trabajo atrasado.

 Michael le sonrió con ánimo propio de ángel que en realidad no sabe sonreír y empezó a irse. Aziraphale miró la mesa y luego dejó la caja.

– ¿Sólo eso?

 Michael suspiró y lo miró con poca paciencia, porque a decir verdad no la tenía.

– ¿Quieres algo más? ¿Un café tal vez?

Aziraphale miró de nuevo dentro de la caja.

– ¿Para qué son la pluma, el papel y el...?

– Oh– dijo Michael y alzó ambas cejas en su usual gesto altanero– Lo olvidé.

– ¿Hay algo más? – dijo Aziraphale esperanzado, cosa que a Michael le molestó.

– Sí. Recibir el correo que llega del Infierno. Principalmente se trata de cuentas, quejas y devoluciones. Te lo traerá Dudley, tú lo clasificas, no lo abres porque de eso se encargan los Responsables, le pones sello según corresponda y cuando venga Dudley a buscarlo se lo entregas. Dudley te lo explicará mejor ¿Recuerdas a Dudley?

 Aziraphale asintió.

– Ahí tienes el tintero. Sellas con tu anillo.

 Aziraphale miró su dedo, el anillo era distinto al que usaba antes, cuando estaba en la Tierra.

Letter - Ineffable HusbandsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora