Parte VI

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Y así fue como la tormenta se desató en medio de la noche y el caos gobernó en el palacio imperial donde las paredes se mancharon de sangre y el sonido de las espadas y los gritos eran lo único que se podían escuchar.

Las lealtades se desgarraron en cuestión de días y dividieron a las personas en dos facciones: aquellos que permanecían leales al emperador y aquellos que habían traicionado su juramento al unirse a la causa del príncipe Houxi para recuperar el trono. En medio del tumulto, los sirvientes corrían de un lado a otro, temerosos por sus vidas, mientras el destino del imperio pendía de un hilo.

Zhou Shang, con el rostro lleno de salpicaduras de sangre por el reciente enfrentamiento con un grupo de soldados traidores, se apresuraba con determinación hacia el palacio de la consorte Duan temiendo por su seguridad.

A mitad de camino, Zhou Shang divisó a lo lejos una escena que le heló la sangre. El príncipe heredero Zhu Zaiyun se encontraba rodeado por una horda de traidores. Zaiyun luchaba valientemente con su espada, era hábil y veloz pero eso no bastaba pues lo superaban en número.

—¡Príncipe heredero! —llamo Zhou Shang desperado.

Zhou Shang se movió de su lugar para ir ayudarlo, pero una mano firme y se cerró sobre su brazo, deteniéndolo en seco. Zhou Shang sorprendido y exaltó volvió a ver a la persona. Era el segundo príncipe Houxi.

Zhou Shang no ocultó su alarma y frustración ante la situación:

—Suelta mi brazo, ¿Acaso no ves que Zhu Zaiyun necesitaba ayuda? —preguntó con frustración —. Debo ir a ayudar a Zaiyun.

Houxi miró de reojo la pelea qué se libraba a lo lejos y segundos después regresó su sería.

—No puedes, Zhou Shang. —respondió con voz grave y gélida.

La confusión invadió a Zhou Shang mientras enfrentaba a Houxi:

—¿Por qué no puedo? —preguntó Zhou Shang frunciendo el entrecejo —¿Qué está pasando, Houxi?

El silencio descendió entre ellos, solo roto por el tumulto distante de la pelea. La mirada abierta y evasiva en los ojos de Houxi sólo exacerbó la inquietud de Zhou Shang.

—¿Estás involucrado en todo esto? —preguntó.

El silencio de Houxi y su mirada pesada de culpabilidad bastaron para contestarle a la pregunta de Zhou Shang, quien con un gesto brusco, se liberó del agarre del príncipe.

—¿Has perdido la cabeza? ¿Cómo te atreves a traicionar a la familia imperial y a tu propio hermano, el emperador? —espetó con furia y una clara decepción en sus ojos —. No voy a permitir esto, no lo haré.

𝐂𝐡𝐢𝐧𝐞𝐬𝐞 𝐒𝐧𝐚𝐤𝐞 (Ș𝐞𝐡𝐳𝐚𝐝𝐞 𝐌𝐮𝐬𝐭𝐚𝐟𝐚)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora