Amnesia [EN PAUSA]

° Capítulo 10 °

—¿Dónde estaban ustedes dos? —pregunta Nial de brazos cruzados.

—¿A qué te refieres? —replico rascando mi nuca.

—No llegaron anoche a la cabaña.

—Nos tienes bien vigilados —interviene Levi—. Estábamos ocupados.

—¿Haciendo qué? Si se puede saber.

—Teniendo una cita —responde Levi sin vergüenza alguna. La mandíbula de Nial y las chicas se abren en señal de sorpresa.

—¿Entonces ya son...? —cuestiona Macky mirándome de una forma coqueta que me deja en claro que  cuando estemos solos me hará contarle cada mínimo detalle.

—No, aún no —contesto rápidamente.

—Se están tardando —ahora es Ariana quién habla.

—Ya llegará el momento —dice el chico a mi lado—, ¿podemos ir a comer? Muero de hambre.

—¿No comiste suficiente ayer? 

—¡Nial! —lo reprimo mientras siento el rubor invadir mis mejillas.

—Es muy pronto para dar ese paso —habla Levi con una expresión de diversión en el rostro. Lo golpeo levemente en el brazo y él me devuelve el golpe en el hombro.

—Bueno, vamos a comer que si no el defensor de la cabaña se desmaya.

—¿Defensor de la cabaña? 

—Es el apodo que te he asignado, puesto que aquel día que casi tuve una pelea con el imbécil de Lucas me defendiste, si no te agrada, lo cambio sin problemas.

—Está bien, no me molesta.

—Por cierto, ¿dónde está Lucas? —intervengo mirando a las chicas.

—Lo trasladaron a otra cabaña desde que presentamos la queja la semana pasada —contesta Ariana.

—Es una pena que sus nuevos compañeros tengan que lidiar con él —dice la otra.

—No creo que dure mucho, si no corrige su actitud lo terminarán expulsando —vuelve a hablar Levi con seriedad y encoge sus hombros.

—Sería un alivio si lo hicieran —miro en su dirección y él responde con un arqueamiento de cejas.

—No puede irse hasta que lo derrotemos en el concurso.

—¿Qué concurso? —preguntan los otros tres al unísono.

—Tenemos una competencia de remo en kayak.

—¿Cuándo es?

—Hoy en la tarde.

—De hecho —se escucha la voz ronca de Levi—, mi insistencia en apresurarnos para ir a desayunar es porque tenemos que entrenar.

—En verdad quieres vencerlo —contesta Nial con una sonrisa pícara.

—Será mi venganza, no se va a escapar de mi victoria.

**********

—Lo más importante es aprender a usar el equipo, por seguridad —le digo mientras ajusto mi chaleco.

—Suenas cómo una mamá preocupada por su crío.

—Conociéndote, está bien que me preocupe.