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—Intenta pensar en algo que te moleste mucho. ——trate de hacer memoria ya que al entrar en cambio drástico físicamente como mental, olvide algunos recuerdos. Hasta que pude alcanzar uno.
—Increíble. ——exclamo Vlad—— ahora sabemos que cuando te enojas tus ojos de ponen totalmente blancos. Ahora piensa en algo que te duela mucho, sabes que no es mi intención pedirte que lo hagas pero necesitamos saber que clase de don tienes, Kat.
—De acuerdo. ——intente lo mismo que el anterior y un fragmento de mis recuerdos apareció.
—Bien. Sabemos que cuando tienes algún sentimiento negativo se te vuelven negros. ——regrese a mi normalidad en unos segundos dejando mis ojos en el color dorado que tienen los Cullen—— ahora sabemos que puedes cambiar al iris café cuando quieras, dorados son de vampiro normal, rojos son cuando te conviertes y lo único que bebés es sangre humana, blancos de enojo, y negros de tristeza.
—¿Es normal? ——el me miró confundido—— digo, en la transformación no tendría que aparecer esto ¿O si? A ti no te paso y a los Cullen tampoco.
—Quizá tienes dones que llevan ocultos en tu interior desde que naciste, Katherine. Isabella tiene un escudo mental, tu lo tienes y estos dones se complementaron con el.
—Entonces podría decirse que es normal. ——afirmo sonriendo levemente.
—¡Kat! ——grito Rosalie en el umbral de la puerta—— ¡Ya vinieron por Renesmee!
—Cierto. Ahora vuelvo. ——me di la vuelta entrando a la casa caminando hacia la entrada—— hola.
—Hola. ¿Cómo estás? ——pregunto metiendo las manos en sus bolsillos. Señal de nerviosismo viniendo de el.
—Bien. Mucho mejor. ——asintió. Renesmee llegó corriendo abrazando a Charlie en modo de saludo—— recuerda que no puede dormir tarde y no comer tanta comida chatarra.
—De acuerdo. ——no dijo más y se fue junto a la castaña para irse a su casa. Sentí unas manos en mi cintura y sonreí al saber quién era.
—¿No quieres ir a casa? ——rei sabiendo a qué se refería.
—Vlad quiere que siga aprendiendo a controlar mis habilidades. Pueden salirse de control.
—Yo puedo perder el control con ese vestido que llevas puesto. ——sentí sus manos bajar hasta mi trasero dando un leve apretón.
—¿Desde cuándo dejaste de comportarte como un anciano?
—No se. Pero me gusta. ——reí dejando que me besara.
—¡No hagan eso aquí! ——grito Emmett.
—Callate. ——no contesto solo frunció el ceño confundido por haber acatado mi orden.
—¡Katherine! ——grito Vlad desde el patio.
—Bueno mejor voy antes de que me mate. ——deje un pequeño beso en los labios del cobrizo y me fui.