𝗩𝗮𝗻 𝗛𝗲𝗹𝘀𝗶𝗻𝗴 𝗛𝗲𝗶𝗿𝗲𝘀𝘀 || 𝖤𝖽𝗐𝖺𝗋𝖽 𝖢𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇

𝘉𝘦𝘪𝘯𝘨 𝘉𝘰𝘳𝘯 𝘈𝘨𝘢𝘪𝘯 (𝘢𝘤𝘵 3)

—¿Es normal que haga eso? ——en su proceso de cambio, el cuerpo de Katherine comenzó a desprender una especie de humo.

—Algo pasa. ——Rosalie quería acercarse pero Emmett se lo impidió.

—¡Abajo! ——un brillo fuerte iluminó la habitación dejando que varios fragmentos de vidrio se esparcieran. Katherine despertó observando todo a su alrededor con inseguridad. Observo por toda la habitación asombrada de la buena vista que tenía.

—Kat, espera ——alzo su mano izquierda hacia el cuerpo del conde haciendo que levite y comenzará a romperse. Los ojos de Katherine no eran rojos.

Eran completamente blancos.

—¡Kat, no! ——en un intento de Alice por acercarse la empujó hacia la habitación de arriba rompiendo todo a su paso. Todos iban hacia ella para detenerla, Edward se interpuso colocándose frente al pelinegro consiguiendo que su atención se fuera directamente hacia el cobrizo.

La mirada que Edward le daba por un momento consiguió que sus recuerdos cruzarán rápidamente por su cabeza logrando ablandar su expresión de miedo y molestia.

Extendió su mano hacia ella quien lo miraba algo persuasiva, lo examinó de arriba hacia abajo, alerta a cualquier movimiento extraño.

—No te lastimare. ——con algo de miedo acepto su mano, Edward la acercó a ella de manera lenta, Katherine permitió que sus dedos acariciaran su mejilla brindándole calma. Lo observo a los ojos y supo en ese momento que no había nada que temer, que estaba bien. Se enternecio por la sonrisa emocionada que le daba su esposo—— tenemos la misma temperatura. ——ahora era ella quien tocó con suavidad las mejillas del cobrizo, logrando que esté colocará la misma en su mano al sentir el toque de la vampiro.

—¿Así se siente? ——Edward quedó encantado por la dulce voz de su chica, de tan suave que era al oído.

—Por ahora. ——fruncio el ceño al no ver a la niña.

—¿Y Renesmee? ——el sonrió.

—Primero debes alimentarte. ——de la nada, sintió su garganta extremadamente seca, a tal punto que ardía, y su Iris cambio al rojo que acostumbran los vampiros al transformarse—— vamos.