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¿Te sigue doliendo? ——quise afirmar pero mi cabeza bombeo de la nada causándome más dolor.

—No fue buena idea beber alcohol.

—¿No prefieres ir a descansar? ——negué. Aunque sentía que me estaba por morir preferiría quedarme aquí sentada, quizá se me pase enseguida.

—Si sigo en la cama no mejorare. ——Rosalie dudo unos segundos antes de tocarme la frente y entrar en pánico.

—Estas ardiendo. ——la mire.

—¿Era eso?

—Cielo, dile a Esme que prepare un tazón con agua fría y un paño para llevarlo a la habitación y a Carlisle algo para que le baje la fiebre. ——la nena asintió, antes de irse me observó con preocupación.

—Estaré bien, linda. No te pongas así. ——después de un minuto se fue para pedirle a los mayores las cosas que Rosalie pidió.

—Ahora tu. ——me señaló—— vamos a tu habitación para que puedas descansar. ——hizo que pusiera mí brazo encima de sus hombros y ella en mí cintura para que no me cayera.

—¿Que le pasa? ——pregunto Jacob mirando a Rosalie.

—Tiene fiebre será mejor que se acueste.

—La llevo cargando. ——iba a levantarme pero rápidamente el cobrizo lo impidió.

—La llevaré yo.

—Es mejor que lo haga yo. ——edward lo miro molesto.

—No dejaré que la toques.

—No peleen. ——pedí con fastidio——  mejor que me lleve Rosalie.

—Ya la oyeron, los dos largo. ——sabia que no iban a irse al menos no hasta ver qué este bien.

La rubia me llevo hasta la habitación, me cambio la ropa y me recostó en la cama cubriéndome completamente de pies a cabeza

—Te pondré un paño con agua en la frente y me quedaré hasta que baje la fiebre ¿Te parece? ——asenti.

Así estuvo por un rato, hablábamos de muchas cosas muy interesantes, hasta que llegó un momento dónde sentí mis párpados pesar.

—Duerme si quieres yo estaré abajo, cualquier cosa grita. ——beso mí cabeza antes de irse. Suspiré y finalmente cerré los ojos intentando dormir.

De la nada siento como si tocaran mis mejillas suavemente y me tirasen del cabello.

—¿Cómo te sientes? ——pregunto mirándome con detenimiento.

—Un poco mejor. ——aparto los mechones de cabello que estaban en mí frente para colocar su mano.

—No bajo en su totalidad pero está en eso. ——nos quedamos en silencio unos minutos. Yo no lo miraba a los ojos pero el trataba de que lo hiciera—— perdón. ——esta vez si lo mire, con un poco de vergüenza claro—— no sé cuántas veces debo pedirtelo pero seguiré de ser necesario.

𝗩𝗮𝗻 𝗛𝗲𝗹𝘀𝗶𝗻𝗴 𝗛𝗲𝗶𝗿𝗲𝘀𝘀 || 𝖤𝖽𝗐𝖺𝗋𝖽 𝖢𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora