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Escribía felizmente en su libreta, había estado calculando cada detalle de su plan y se había informado lo más que podía. En medio de su escritura vio a lo lejos a su amado Yuri-kun claramente dejo todo de lado para ir a verlo mejor.

Allí estaba con su cabello rosado y sus hermosos lentes de sol que ocultaban su misteriosa mirada. Tooru tenía una sonrisa de oreja a oreja por verlo, no podía evitarlo, simplemente con tan solo escuchar su nombre la vida parecía sonreírle.

Pero como siempre algo salió mal, mientras tomaba aire para ir a hablarle un chico que desconocía se acercó a el y se lo llevó. Suspiro, sabía de qué se trataba. Quería llorar e ir a gritarle al chico que no se acercara a su amado... Pero no podía.

Yuri no era suyo, Yuri podía hacer lo que quería, Yuri... No lo amaba. Su amor no era correspondido en ningún aspecto, sabía que solo era un juguete, su vibrador número 18. Lo aceptaba pero le dolía.

En el amor hay dos extremos que son difíciles de llevarse bien. Solo los más afortunados logran estar en el medio. Fujisaki no era uno de esos.

Estaba el mejor lado, en el que nadie cree. El lado en donde el pensaba que está el amor que le tiene a Yuri. Es decir el lado del amor verdadero. Aquel que está dispuesto a hacer todo por tu felicidad, y que es amado de igual forma. Si, Tooru no era amado pero el si amaba con tal intensidad.

Luego estaba el lado en donde estaba el amor de Yuri hacía el, muchos terminan en aquel lado luego de estar mucho tiempo en el amor verdadero. Aquel amor que nisiquiera podría llamarse así. En donde nadie muestra nada y solo son recuerdos que el viento fácilmente se lleva como en hojas de otoño.

Es bastante difícil de explicar. Está el amor verdadero y el no amor. El equilibrio es importante en todos los sentidos, el amor no se salva de ello. Un 50 y 50 es lo mejor que uno puede tener. Las expectativas muy altas pueden destruir del mismo modo que las muy bajas. Fujisaki quería por lo menos estar un nivel más alto que el no amor... Pero sabía que era difícil.

Su tristeza era evidente, no era el mejor pero... Sus sentimientos si. Miraba los árboles de cerezos que cubrían la inmensa escuela y sonrió. Imaginaba a su Yuri abrazandolo y diciéndole lo mucho que lo amaba, sintió como que volaba. Sus latidos se hicieron rápidos, solo cerro los ojos para imaginar mejor. Aquel mundo de fantasía lo mantenía vivo.

Hasta que sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando la campana sonó. Suspiro y saco sus libros sabiendo que iba a ser un día pesado. Una cosa sabia

Estaba listo para lograrlo.

Amor verdadero- Yurisaki-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora