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Intento recuperar ese amor perdido, pero solo fue rechazado una y otra vez. Ya no veía amor en esa mirada, lo único que había era odio, un odio profundo. No había brillo alguno, y parecían alerta todo el tiempo, como si quisieran romper todo a su alrededor. Tooru sabía que era el culpable de eso, lo cual hizo que se sintiera aún peor.

Había jugado, tal como un adicto al póker, claramente no le fue bien. Lloro como nunca cuando se dió cuenta que había utilizado a alguien tal y como lo habían utilizado a él, la culpa lo carcomía vivo, como si su corazón estuviera en un fuego constante. Rogó por perdón, pero incluso cuando se lo consedieron sintió que solo fue una fachada, por qué realmente lo fue.

8 am. La alarma sonó y el rápidamente la apagó, nisiquiera le necesito ya que no había dormido en toda la noche. Tardó 10 minutos en poder levantarse de la cama, se miro al espejo del baño y lentamente limpio sus dientes, estaba desecho pero no significaba que debía ser sucio. Luego con paso de muerto viviente tomo su uniforme planchado la noche anterior, y se lo coloco mirándose al espejo.

Se maldijo, pensó que todo sería mejor en su vida, en esta vida. Había sido advertido de que no todo sería un cuento de hadas, había echo caso omiso y ahora estaba recibiendo ese golpe de realidad que pensó nunca experimentar. 8:30 am, salió de su cuarto con una cara más de enojo que de tristeza, en su brazo derecho colgaba su mochila con todo lo que necesitaría ese día.

En todo el camino miro al suelo con el ceño fruncido, varios chicos intentaban hablar con él pero solo les pasaba por al lado, seguía maldiciendo se a si mismo por todo lo que estaba pasando en ese momento, después de todo, la mayoría era su culpa por no haber planificado mejor las cosas. Se dejó llevar por la calentura y ahora pagaba el precio.

Aunque en el fondo no podía ser muy duro consigo mismo. En toda su vida no había experimentado la mitad de atención que ahora tenia, se dejó llevar por su mundo de ensueño hasta el punto que dejó de ver a los demás. Solo miraba los regalos y tratos amorosos que lo llevaron por una ablancha que pudo haber evitado al quitarse la venda de romanticismo que tenía en sus ojos.

8:45 llegó a su salón, como de costumbre tenía una carta de amor de algún chico que no tenía idea de quién sea, ni le importaba saberlo. Se sentó guardando la carta debajo de su pupitre, miro la ventana en un aire de nostalgia y arrepentimiento, estaba por rendirse nuevamente hasta que alguien tocó su hombro.

Con tal solo su toque pudo darse cuenta de quién era. Aquel sonriente chico de cabello de color rosado medio pastel lo miraba con una sonrisa de oreja a oreja. Tooru pudo ver cómo él tomaba un pupitre aleatorio del aula y se sentaba a su lado, colocando sus piernas encima del escritorio de dicho pupitre. Fujisaki lo miro entre confundido y con un ligero asco. Yuri como siempre balbuceo unas palabras a la azar que no tenían sentido alguno.

-No estoy de humor sabes?. Fujisaki hablo con un ligero tono de enojo en su voz, Yuri lo miro con clara sorpresa. Aunque no era la primera vez que le hablaba en ese tono aún le dolía como la primera vez. Ayato bajo la mirada y la aparto de esos ojos color verde que se mantenían tensos.

Fujisaki suspiro y continuó mirando a la ventana, se sentía un poco hipnotizado por el movimiento de las hojas color rosado de los árboles de cerezos, algunas se caían por perder contra aquel viento que las hacía danzar, tenía tantos pensamientos en la cabeza que era imposible describir alguno con detalle, pues estos cambiaban al segundo. Hasta que una hoja apareció delante de su cara.

Está vez el sorprendido era Tooru, ya que al darse la vuelta pudo ver cómo Yuri sostenía esa hoja en frente de él aunque no lo estuviera mirando directamente a los ojos. Fujisaki lentamente tomo esa hoja de papel de un ligero color marrón, al chico de ojos verdes le encantaba ese tipo de hojas ya que hacían ver todo más bonito. Estaba doblada así que con un pequeño movimiento finalmente pudo ver qué había allí.

Se quedó un poco boquiabierto al ver su contenido. Era un hermoso dibujo a detalle de él mismo, estaba tomando un libro de la biblioteca mirando fijamente a la portaba con una sonrisa, parecía una foto antigua sacada con los primeros modelos de cámara de la historia. Fujisaki miro a Yuri impactado, desconocía el talento de este para dibujar.

Ayato lo miraba con una sonrisa infantil y juguetonamente se apoyo en el hombro de Fujisaki, murmurando algo que Tooru no podía entender muy bien. Inclino su cabeza hasta que esta estuvo apoyada encima de la cabeza de Yuri mientras seguía mirando el dibujo sosteniéndolo firmemente en sus manos.

-Es... Bonito... Gracias. Hablo con ahora un tono más amable, Yuri asintió mientras le daba un beso en la mejilla, aquel repentino gesto hizo que la piel de porcelana que tenía Tooru se tiñiera en un rosado muy claro, Yuri sonrió victorioso. Ambos se estaban sonriendo mirándose fijamente a los ojos, hasta que el altavoz en dónde se hacían los llamados o anuncios matutinos se activo.

"Akemi keiichi". Comenzó el anunció, Yuri y Tooru se miraron confundidos durante unos segundos escuchando atentamente lo siguiente que diría el director.

"Itome Koushiro". Continuó, está vez Yuri se puso tenso, ya que lo primero que pensó fue que ambos se habían metido en problemas por haber sido vistos en algún comportamiento sexual, pero estaba equivocado.

"Shikatani Itsuki". En ese momento ambos chicos ya no supieron que pensar, toda la escuela estaba en silencio, incluso los profesores que pasaban por los pasillos con un café en la mano, todos miraban los altavoces esperando lo siguiente.

"Tamura Yui". Para este punto hasta Fujisaki se puso en alerta, estaba mirando fijamente a Yuri con expresión de preocupación, pero los ojos del pelirosado se mantenían en los altavoces, el también tenía una expresión tensa.

"Kashima Yuu". La voz del director sonaba demasiado seria al momento de nombrar cada nombre, eso no era una buena señal, ¿Estaba llamando a todo el club de fotografía? Pensó Tooru.

"Toono Takashi". Con eso se confirmo todo para Fujisaki, sintió un escalofrío recorrer toda su columna vertebral, algo no andaba bien, y lo sabía, sus uñas se clavaron en sus pantalones justo en la zona de sus muslos mientras continuaba escuchando.

"Yuri Ayato". En ese momento Tooru volteo a ver a Yuri, aunque la mirada de él estaba oculta, Fujisaki supo de inmediato que él también comenzó a sentir un miedo paralizante que se manifestó por un escalofrío.

"Por favor, reportense a la oficina del director."

Amor verdadero- Yurisaki-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora