13| Consecuencias de ser olvidadiza

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13| Consecuencias de ser olvidadiza.

- ¡Maddy!

Una sonrisa se plantó en mi rostro mientras me daba vuelta para luego ser asfixiada por el abrazo que Stef me daba.

No nos habíamos visto en más de una semana porque ella había ido a Bristol por el cumpleaños de su hermano. Y aunque ya había regresado hace cuatro días no habíamos podido quedar para hablar porque debía ponerse al día con la universidad.

Así que decidimos que como ambas teníamos el día libre hoy entonces lo pasaremos juntas para ponernos al día y así también hacernos compañía.

Y esa es la razón por la cuáles acabé con ella prácticamente sobre mi mientras me repetía cuando me había extrañado, en serio, no miento cuando digo que mi mejor amiga puede llegar a ser muy pero muy dramática.

- Yo también te extrañé -le dije intentando zafarme de su agarre pero ella lo impidió a toda costa.

- Pero es que yo pensé que ya tenías a otra mejor amiga.

Se aferró mucho más a mi y yo negué con la cabeza.

- ¿Cómo iba yo a cambiar a mi hermosa y dramática Stef? Eso hasta parece imposible -me dejé abrazar un poco más porque ella podía llegar a ponerse muy sentimental con estas cosas.

- Es verdad, soy irremplazable -sonrió mientras me dejaba respirar al fin para así poder sentarnos a desayunar en aquella cafetería que tanto nos gustaba.

Tal vez debería hablarle a Stef de el lugar al que fuí el otro día, seguro que a ella le gustará.

Cuando nos sentamos la mesera se nos acercó para pedir nuestra orden y nosotros elegimos lo que queríamos desayunar. Por alguna razón había despertado con mucha hambre y había comido cereal antes de salir así que pedí algo ligero con un jugo de naranja.

- ¿Solo vas a comer eso?

- Ya he comido cereal antes de salir -me encogí de hombros- Y dime ¿Cómo están todos por allá?

- Muy bien, mamá estuvo algunos días enferma, ya sabes que padece de asma -hizo una mueca y yo asentí- y papá como siempre trabajando aunque alegre.

- Cómo siempre -la interrumpí con una sonrisa.

Cuando estábamos en el instituto fuí muchas veces a casa de Stef y sus padres son verdaderamente encantadores.

- Sí, ambos te mandan muchos saludos. Y bueno, luego está Oliver -sus ojos se iluminaron como cada vez que hablaba de su hermano- Ese pequeño ya tiene doce año, ni yo me lo creo que creció tan rápido, aunque yo le digo que él siempre será mi pequeño hermanito.

- Y lo celaras con cualquiera que se le acerque -sonreí recordando lo que siempre solía decir.

- Obviamente, aún no estoy lista para compartir a mi hermanito, aún es pequeño.

- Ya es un adolescente, prácticamente -le recordé enarcando una ceja y ella resopló.

- Que me importa, déjame amar a mi hermanito bebé.

Me reí cuando ella se cruzó de brazos como una cría a la que le habían negado un dulce.

Sí, yo sabía lo que era celar a un hermano, lo hice por mucho tiempo con Marc. Así que yo entendía ese sentimiento de querer tener a tu hermano solo para tí.

- He hablado con Marc -solté de repente sin saber si solo lo había pensado en voz alta o en realidad quería decirlo.

- ¿Lo has hecho?

El amor y las constelaciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora