20| Tú eres el sol

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20| Tú eres el sol.

«—No… no puedes hacer esto, no es justo…

— ¿No es justo para ti? ¡¿En serio me estás diciendo eso?! —Su voz suena dolida, yo le estoy causando dolor— Te he amado desde que te conozco y lo sabías ¡Joder! ¡Todos lo sabían!

Niego con la cabeza incontables veces sintiendo como el nudo en mi garganta me ahoga ¿Por qué está pasando esto?

— No… por favor no…

La mirada que me da Patrick me destroza. Se ve tan… herido… ¿Cómo puedo hacerle esto? Debí ver las señales pero nunca lo hice. Debí saber lo que sentía. Debía sentir algo.

Patrick baja la mirada lentamente de mis ojos y eso hace que me rompa más de lo que ya estoy. Parece que le doliera incluso verme, como si fuera la persona más cruel que puede presenciar.

Las lágrimas salen de mis ojos sin poder evitarlas junto a un sollozo que me es imposible contener.

— ¿Estás llorando? —me estremezco al escucharlo— ¡¿Me estás jodiendo, Maddison?!

— Es que yo… yo solo…

Una risa ironía sale de él y siento que ya no puedo más.

— Me rompes el corazón y ahora estás llorando ¿Te burlas de mí?

— ¡No! Yo solo…

— ¿Tú solo qué, Maddison? —me quedé callada y él suelta un resoplido— No te importo una mierda ¿No es verdad?

— No digas eso —intenté acercarme pero retrocede como si tuviera miedo… de mí…

— No puedo creer que esto esté pasando, que estés haciendo esto.

La forma en la que escupe cada palabra me destroza, es como si su corazón se estuviera rompiendo de la misma manera en la que lo hace el mío.

— Te he amado desde siempre, Mads, me fue inevitable.

— Para… por favor para…

— Traté siempre de ser lo mejor para ti, de ser una buena persona y amigo, porque pensé… —su voz se rompe y yo cierro los ojos con el dolor palpante de que algo se está rompiendo entre nosotros— pensé que ibas a amarme…

— Yo si te…

— No, tú no me amas.

Cerré la boca de inmediato, ese era el problema: yo no lo amaba. Y nunca fui consciente de eso hasta este momento, porque tiene razón, lo estoy dañando. Le hago daño.

Me quedo fría cuando otra risa llena de ironía sale de sus labios.

— ¿Sabes que, Maddy? Siempre supe que sería así, me esforcé e intenté que me amaras al menos la mitad de lo que yo te amo a ti ¿Acaso no fui suficiente? ¿Qué hice mal? —cuando mis ojos conectan con los suyos lo sé, está a punto de decirme algo que va a doler, está a punto de romperme— Tal vez es cierto que no puedes sentir amor por nadie, aunque tampoco mereces que nadie te ame si ese es el caso —ahora sus ojos tiene algo diferente y me aterra pensar en lo que es— Estás vacía Maddison, no tienes nada dentro de ti que ofrecer.

Las palabras salen de su labios tan filosas como dagas que desgarran muy profundo en mi corazón. Cómo si martilleara mi ser destruyéndolo todo a su paso.

Agacho la cabeza avergonzada. Ni siquiera debería estar sintiéndome mal, lo merezco, le he hecho daño y se está defendiendo. Merezco que sea cruel conmigo porque es mi culpa que él se sienta mal.

El amor y las constelaciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora